Christo regresa a Miami para celebrar los 35 años de sus "Islas Rodeadas"

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Ana Mengotti

Christo, el artista que envolvió el Reichstag en Berlín y el Pont-Neuf de París y llenó el Central Park de paneles con telas color azafrán, dijo hoy que todos los proyectos de instalaciones artísticas que hizo con Jeanne-Claude, su esposa ya fallecida, tienen que ver con la realidad, no con la ilusión.

"Yo le hablo a la gente real", subrayó hoy este artista nacido en Bulgaria hace 83 años durante un recorrido por la exposición documental con la que el Pérez Art Museum de Miami (PAMM) celebra los 35 años de "Sorrounded Islands".

Aquel proyecto consistió en rodear once islas artificiales situadas en la Bahía Vizcaína con un reborde o cerco hecho con 6,5 millones de pies cuadrados (más de 600.000 metros cuadrados) de tela de polipropileno de un rosa vivo.

Ese contorno rosa combinado con el verde de la vegetación isleña y el turquesa del agua realzaba la belleza natural de la bahía, como salta a la vista en las fotos de la exposición que estará abierta al público del 4 de octubre al 17 de febrero.

Las islas, no habitadas, tan solo estuvieron dos semanas "rodeadas", pero aquel proyecto, que causó una viva polémica con defensores del medio ambiente y llegó hasta los tribunales, dejó una huella indeleble en la ciudad y sus habitantes.

Christo, hoy sin Jeanne-Claude, que murió en 2009, regresó a Miami con motivo de la inauguración de la exposición, que es la primera vez que se muestra en Estados Unidos y coincide con el 35 aniversario de las dos instituciones madres del PAMM, el Centro de Bellas Artes y Museo de Arte de Miami.

Armar aquella instalación llevó más de dos años, desde la primera visita de la pareja de artistas a Miami en diciembre de 1980, cuando recorrieron la Bahía Vizcaína y se interesaron por estos islotes hechos de materiales de dragado, hasta que los once quedaron rodeados de la tela rosada el 7 de mayo de 1983.

Hoy Christo recorrió la exposición acompañado por periodistas y por el director del PAMM, Franklin Sirmans, y el comisario Josy Frakt, e instó a ver el documental que acompaña la muestra, una nueva versión de otra que recorrió varios países desde 1984 a 1991 para comprender lo que fue aquel proyecto icónico, como todos los suyos.

Christo, que nació en Bulgaria en 1935, país, según dijo a Efe, al que no ha vuelto desde que huyó "del régimen comunista" en 1957, se entusiasmó al tocar los materiales originales del proyecto, que forman parte de la exposición junto a planos, bocetos, fotografías y hasta documentos oficiales y judiciales.

Con el mismo entusiasmo y pasión explicó cómo resolvieron cada problema, desde encontrar la tela ideal hasta evitar que se decolorara, se hundiera o que las corrientes se la llevaran, hasta cómo obtener los permisos y rebatir las acusaciones de que la instalación dañaba el medio ambiente.

La tela se fabricó en Alemania, en un taller alquilado en Hialleah (Miami-Dade) cosieron los 79 patrones que reproducían el contorno de las islas y después en un hangar de Opa Locka se plegaron como un acordeón para poder desplegar sobre el agua con mayor facilidad, según recordó hoy.

En varias ocasiones durante el recorrido afirmó que la "obra de arte" no fue solo el cerco, sino las casas y todos los elementos que había en la bahía junto a las islas. "La obra era todo eso junto", dice.

En unas declaraciones a Efe después de haber recorrido las salas indicó que todas las instalaciones artísticas que él y su esposa crearon, pasaron por un periodo "suave", en el que se descubre la identidad del proyecto y se habla de "una obra de arte que no existe", y el "duro", que significa "moverse al espacio real".

Al hablar de Jeanne-Claude, nacida en Marruecos en 1935, subrayó que una de las cosas que más echa de menos de ella es "su actitud crítica". Ella era "increíblemente crítica" como artista, subrayó.

Christo, cuyo nombre completo es Christo Vladimirov Javacheff y reside en Nueva York desde hace décadas, afirmó que el arte no es una "profesión", ni un trabajo de "nueve a cinco", es algo que tiene más que ver con cosas como el "alcoholismo", con algo "sin lo cual no se puede vivir".

Tiene que ver con "ser", dice este artista que nunca está "corto" de proyectos y hoy trabaja en uno en Oriente Medio y tiene otro entre manos que no puede decir, según señala con sonrisa pícara.