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Jón Gnarr: la increíble historia del cómico que fue elegido alcalde

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Eduardo de Vicente

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Uno de los personajes más insólitos que visitan estos días Barcelona con motivo del Festival Serielizados es Jón Gnarr, un cómico islandés que formó un partido político como respuesta a la crisis económica (¿o ya podemos llamarla estafa?) y, contra todo pronóstico, ganó las elecciones a la alcaldía de Reikiavik y gobernó desde el 2010 al 2014. Hoy estará en el CCCB (a las 19 horas) conversando con el periodista Oriol de Balanzó en una sesión doble que continuará con Nacho Carretero, el autor de Fariña, libro sobradamente conocido sobre el narcotráfico en Galicia.

La experiencia de Gnarr se tradujo en una serie Borgarstjórinn (BorgarstjórinnEl alcalde, el primer capítulo de la cual podrá verse esta tarde antes de la charla. También en el CCCB podrán disfrutarse el domingo (20 horas) los dos primeros episodios de Naeturvaktin (Turno de noche), la comedia televisiva sobre tres empleados de una gasolinera que protagonizó en el 2007 con la que ganó múltiples premios en su país, llegó a pasarse por la BBC e incluso conoció una versión cinematográfica. Igualmente se rodó un documental sobre su trayectoria que pudo verse el domingo pasado.

Para ampliar la información sobre él también resulta recomendable el libro De cómo me convertí en alcalde y cambié el mundo donde explica en primera persona con una prosa muy sencilla, amena y directa lo que vivió esos años. El prólogo está extraído de los escritos de su página web en 2010, en plena campaña, y en el mismo alerta de los peligros del neoliberalismo y de la escasa atención que prestan los políticos al futuro, ya que únicamente les importa su inmediatez.

El autor cuenta las peculiaridades de su país, donde hay algo que les une a todos, la piscina, a la que acuden frecuentemente y que es el lugar donde las clases sociales desaparecen. El frío y la caída de la noche son sus peculiaridades más conocidas, pero es que carecen de prensa del corazón y de paparazzis. Al fin y al cabo, la única islandesa famosa es la cantante Björk.

El anarquista punk que fundó un partido político

La idea la tuvo al percibir el descrédito de los políticos tras la crisis y creó un personaje similar, un tipo simplón y autoritario. Esto le llevó a fundar en 2010 el Partido Mejor intentando rodearse de gente “generosa, inteligente y sincera”. Divide a las personas en dos grupos: dadoras o receptoras (en función de si son altruistas o aprovechadas) y a sí mismo se describe como un anarquista punk. Su campaña la inició en Facebook, YouTube y Blogspot, en donde vertía ideas absurdas y surrealistas. Intentó que el logo y la tipografía de su partido fueran deliberadamente horrendos.

Reconoce que hicieron un corta y pega de los programas de los otros partidos y promesas incumplibles justificando que “podemos prometer más que el resto de partidos ¡porque ni siquiera vamos a intentar esforzarnos por conseguirlo!”. Entre ellas, instalar dinosaurios de Jurassic Park en los parques de la ciudad o conseguir que el zoo tuviese un oso polar. Su verdadero mensaje era “esto lo hago porque me da la gana, porque nos lo pasamos bien. Pero si salimos elegidos nos lo vamos a tomar muy en serio y llegaremos hasta el final. Si no quieren que ocurra tal cosa, entonces elijan a los mismos de la última vez y yo me buscaré otro trabajo”. 

La solución del mundo es el humor

Cree que el futuro del mundo pasa por la democracia real (con la que pretende acabar el “turbocapitalismo”) pero sobre todo, el humor, el único que puede ayudar a sobrellevar los problemas y por eso era la base de discurso. Concedía entrevistas en las que provocaba las carcajadas de los periodistas con sus inesperadas respuestas y gracias a todo ello remontó las encuestas iniciales y venció. Pero entonces llegaba la hora de verdad. Para empezar había que negociar una coalición y exigió a sus socios de gobierno que vieran la serie The Wire (“para que tuviéramos de qué hablar”) e impuso un código moral en el que sus miembros se comprometían a ser independientes de las empresas, sinceros (siempre que pudieran) y estar de buen humor.

Estar al frente de la alcaldía de Reikiavik es casi como ser un primer ministro, ya que no solo es la capital de Islandia, sino también la única ciudad de gran importancia, ya que allí reside una tercera parte de sus habitantes. En sus años de gobierno intentó recuperar la prosperidad pese a ser ignorado por la mayoría de líderes mundiales relevantes, pero también consiguió el apoyo de figuras de la cultura como el lingüista Noah Chomsky, Yoko Ono o el grafitero Bansky, al que considera su ídolo y conoce personalmente. Asegura que sabe quién es pero que nunca lo revelará.

"Dios es un viejo verde estrecho de miras"

Su mandato estuvo marcado por los ataques furibundos de la prensa de la oposición y de algunos políticos a los que respondió con su método oriental de la “no acción”. En el libro también explica sus ideas sobre la homofobia que considera “estupidez e ignorancia”, de hecho participó en los desfiles del orgullo gay de su ciudad disfrazado de drag queen y, otro año, de Pussy Riot y acudió a algunas reuniones con los labios y las uñas pintadas pese a declararse totalmente heterosexual. Piensa que Dios es “un viejo verde estrecho de miras” y que las religiones solo sirven para “sembrar odio y hostilidad”.

Tras cuatro años de gobierno y, pese a que su pueblo estaba contento con él y las elecciones le daban como favorito a la reelección decidió retirarse porque pensaba que un chiste que se repetía ya no hacía gracia. Los suyos fundaron el partido Futuro Brillante y siguen siendo importantes en su país. Todo un personaje, un individuo único y revolucionario que, seguro, será un placer descubrir en esta sesión especial.