la etapa formativa del cine

"En los rodajes aún sorprende que llegue una directora de fotografía"

En la referencial Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya la tasa de alumnas es del 45%, casi el doble que en la realidad de la industria del cine

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Natàlia Queralt

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La Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA) cifra en el 24% la tasa de féminas en la industria cinematográfica española. La masculinización del cine no se corresponde sin embargo con la presencia de mujeres en la etapa formativa. En los estudios de grado de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya (ESCAC), hay un 45% de mujeres frente a un 55% de hombres según datos del curso 2017-2018. Una estadística que se ha mantenido de forma similar durante la última década. Para acceder a esta escuela de referencia en el ámbito internacional se tiene en cuenta la demanda, los resultados académicos y el pago de la cuota requerida. De esta forma el acceso a la ESCAC es una cuestión de talento por lo que el número de hombres y mujeres es, casi siempre, paritario. Entonces, si casi existe la paridad en la etapa formativa, ¿cómo se explica la ausencia de mujeres en la industria cinematográfica, especialmente en las áreas más relevantes?

Vanesa Sola, directora de fotografía por la ESCAC y licenciada en Historia del Arte, explica que el ámbito de la fotografía es muy masculino. "Tradicionalmente, mi sector ha sido siempre un mundo de hombres. En algunos rodajes, aún se sorprenden de que aparezca una directora de fotografía. De hecho, me han llegado a preguntar si era la montadora, la encargada de vestuario o la de maquillaje", afirma Sola, quien desde hace dos años es profesora y jefa del Departamento de Fotografía de la ESCAC. Experiencias como esta demuestran que las áreas de especialización en la profesión cinematográfica aún se entienden de acuerdo con la división sexual del trabajo, que considera como ámbitos ‘femeninos’ el diseño de vestuario y el maquillaje y la peluquería, en los cuales las mujeres representan el 86% y el 72% respectivamente, según el informe de la CIMA.

Trabajar el doble

"Como mujer, tienes que trabajar el doble para que tu trabajo se valore la mitad", explica Laia Casanovas, diseñadora y mezcladora de sonido por la ESCAC. "Además, muchas sufrimos una doble discriminación por ser mujeres y por ser jóvenes". A sus 28 años, Casanovas asegura que existe una invisibilización de las mujeres en el proceso de toma de decisiones. "Si te encuentras en un estudio de grabación donde el productor, el montador y el director son hombres -que viene a ser un caso bastante típico en la actualidad-, aunque tu seas la directora de sonido tendrás que discutir sus ideas y hacer valer tu opinión para ganarte tu terreno porque, de entrada, no te van a tener en cuenta", sentencia. En esta necesidad de tener que demostrar su valía y reafirmarse delante de sus compañeros coinciden tanto Sola como Casanovas y, probablemente, la mayoría de las mujeres trabajadoras que desarrollan su actividad en ámbitos considerados erróneamente masculinos.

Entre las nuevas generaciones de cineastas estas diferencias no se reproducen de forma tan contundente. El año pasado 16 mujeres y 14 hombres cursaron la especialización de fotografía y 13 mujeres frente a 9 hombres optaron por la producción en la ESCAC. Aun así, parece que existen áreas donde aún hay mucho trabajo por hacer como en dirección, donde hubo 9 mujeres y 20 hombres. Teniendo en cuenta que el año pasado se matricularon un 10% más de hombres que de mujeres, los datos demuestran que en la etapa formativa apenas existen diferencias por razón de sexo y que los alumnos no se sienten condicionados cuando eligen su especialización.

Una lástima

"Es una lastima que estemos rodeadas de compañeras durante nuestra formación, pero más de la mitad no lleguen al mundo profesional", afirma Celia Giraldo, de 23 años y recién graduada en la especialidad de dirección. "A nivel social las mujeres nos hemos empoderado en los últimos años y la industria cinematográfica debería estar al nivel de estos avances", añade. Giraldo forma parte del proyecto Opera Prima de la ESCAC, que tiene como objetivo impulsar el talento joven. Durante los once años de vida de este proyecto, se han producido sendos largometrajes y más de la mitad han sido dirigidos por mujeres. "Cada año salimos 80 nuevos graduados en cinematografía sin perjuicios, con grandes referentes femeninos y a los que el modelo discriminatorio de la industria actual nos parece, como mínimo, una injusticia", concluye Giraldo. Si bien la presencia y la representación actual de las mujeres en el cine es pésima, las nuevas generaciones traen aires renovados para que los cambios sociales lleguen también a una industria encargada de fabricar referentes.