NOVEDAD EDITORIAL

La extraña familia de Giralt Torrente

El escritor publica el libro de relatos 'Mudar de piel', que prefigura en clave de ficción las memorias familiares que prepara

El escritor Marcos Giralt Torrente, en su visita a Barcelona.

El escritor Marcos Giralt Torrente, en su visita a Barcelona. / .45101968

Elena Hevia

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La familia es un laboratorio de afectos y miserias. De eso sabe mucho Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968), a quien las raíces paternas y maternas han servido de semillero de su literatura. Hijo del pintor Juan Giralt, fallecido en el 2007, sobre el que gravitó sin pudores ni reticencias el que posiblemente sea su mejor trabajo, 'Tiempo de vida', una de las cumbres de la reciente literatura de duelo española, a Giralt Torrente le persigue también el peso literario de su familia materna. Su abuelo fue el novelista gallego Gonzalo Torrente Ballester, lo que es mucho abuelo. Falangista de primera hora más tarde reciclado en autor de éxito gracias a ‘Los gozos y las sombras’ y furibundo anticatalanista: “Lo que os corresponde por derecho de conquista”, vociferó ante el archivo de Salamanca. En la nómina familiar también se cuenta el tío Gonzalo Torrente Malvido, posiblemente el último escritor maldito, ladrón de guante blanco y estafador y sintecho a temporadas.

En esas coordenadas se inscribe ‘Mudar de piel’ (Anagrama), último libro de relatos que en clave de ficción muestra diferentes facetas de esa filiación sin que el libro acabe de ser directamente autobiográfico. Y sin embargo, estos nueve cuentos -sí, como el libro de Salinger- sí nacen de una experiencia en primera persona, la que llevó a Alice Munro a escribir ‘Mi vida querida’. “Quise rescatar, utilizando la ficción, ese mecanismo de poner el foco en una escena fundamental aunque humilde de la vida de alguien”, explica sobre un libro en el que pululan madres, padres y tíos en relatos de distinta extensión y experiencia filtradas por la imaginación. “En uno de los cuentos he incluido a una escritora que acaba de hacer un libro de duelo sobre su madre, me ha divertido remarcar el parecido a modo de juego”.

Lecciones inolvidables

En el único relato en el que reconoce una vinculación con su biografía directa es el titulado ‘Traición’, en el que no es muy difícil reconocer la huella de su tío Gonzalo, fallecido en el 2011, con el que de adolescente mantuvo una relación muy estrecha, aunque no exenta de conflictos. “La peripecia del relato no tiene nada que ver con la realidad, posiblemente hizo cosas peores”, recuerda. Y con un hilo de voz añade: “Me enseñó a robar”.

Pero lo cierto es que le enseñó más cosas: “Tuve que bregar con el conflicto que me producía haber crecido con un ser querido que ha estado en la cárcel por robo y eso me forzó a tener una visión más amplia sobre la realidad y no juzgarla de una forma simple. Así que se puede decir, de una forma metafórica, que en el fondo de todo lo que escribo está mi tío Gonzalo”.

La vida del tío daría para un novela que Giralt Torrente asegura no escribirá jamás, aunque sí aparezca como uno más en el libro de no ficción sobre la familia Torrente en el que está inmerso en estos momentos y que proyecta como la cara B de esta colección de relatos de ficción. “En ese libro me pregunto qué es lo que le hizo ser una persona absolutamente disfuncional desde parámetros convencionales, teniendo el mismo origen de otros miembros de la familia que, sin embargo, no fueron así. Lo que me interesa es explorar ese territorio moral”.

Reconciliación con el mundo

Puesto a elegir sobre sus intereses, se queda precisamente con ese, los complejos paisajes morales que pueblan todos sus escritos. “La realidad siempre es incompleta, uno tiene la sensación de que falta una llave secreta que lo abra todo, pero esa llave no existe. Lo que sí existe es la posibilidad de reconciliarte con esa carencia”. Todos los personajes, unidos por una misma atmósfera, consiguen esa reconciliación en los relatos de 'Mudar de piel'. Y es muy posible que en las memorias familiares, que tiene muy avanzadas, el propio Giralt Torrente alcance también ese objetivo. 

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