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El Centre Santa Mònica propone dos muestras sobre la realidad y el artificio

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Eduardo de Vicente

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¿Qué es verdad y qué es mentira? ¿Qué es auténtico y qué es falso? En estos tiempos de imitaciones y fake news resulta cada vez más difícil distinguir la realidad de la ficción, intencionada o no. En esta disyuntiva se encuentran dos exposiciones que pueden verse estos días en el Centre d’Arts Santa Mònica, diferentes pero complementarias: Natural / Artificial (sobre la dicotomía entre ambos términos) y Automàtic (compuesta por dibujos realizados por automatismos en función a diversos parámetros).

Antes de subir las escaleras que dan paso a las salas observamos unas cuerdas que sostienen unas estructuras metálicas que aguantan a un robot que está colgado del techo superior del edificio y los resultados de sus trabajos, dibujos geométricos que sirven de aperitivo a lo que nos espera. En la primera planta veremos Natural / Artificial, producida por el Servei Educatiu La Panera de Lleida, una muestra que cuenta con diversos elementos con los que el visitante puede interactuar. El primero de los ejemplos es una mesa en la que, en base a unos modelos, podemos hacer dibujos simples sobre la naturaleza que recuerdan a las pinturas prehistóricas. A continuación, unas cajitas donde se vislumbran elementos naturales como troncos, nueces, hojas o plantas en la sección Encaixa’t.

Descubrir elementos naturales en bolsas

Què s’amaga consiste en unas bolsas de papel cerradas con una pinza donde se esconden objetos que podemos descubrir abriéndolas (piñas, frutos secos o pétalos, entre otras) y, enfrente, un puñado de libros sobre temas tan insólitos como Cosas para construir con palos o la explicación de la clásica Linterna mágica. El siguiente objeto que nos sorprende es un tendedero donde cuelgan fotos sobre rayos , de Mauro Vallejo. y un par de cuadros enigmáticos.

Las siguientes sorpresas son videográficas. En el suelo se nos enseña como unas hormigas arrastran una hoja mientras que en la pared veremos el vuelo de unas moscas que se alinean para formar la palabra “Jo”, obra de Francisco Ruiz de Infante. Un cortometraje nipón (Un encuentro perfecto) y un cuadro de una leche vertida, en blanco sobre negro, de Concha Prada completan esta sección. Martí Guixé experimenta con el food karaoke y nos ofrece todos los ingredientes para que hagamos un pa amb tomàquet, mientras que Curro Claret nos presenta Calaixera, una original estructura de cajas de cartón de mercado antes del tramo final.

En la última estancia podemos ver el proyecto Raro y Magnífico de Adrianna Wallis, una lista de objetos adquiridos por Ebay ateniéndose a esta extraña definición de excepcionalidad. Entre ellos, un pastor alemán, unos billetes de Kazajistán, juegos vintage o un sombrero de boda antiguo que culminan con unos lingotes, estos sí, reales, con las palabras Rare / Magnifique impresas.

Los artistas son los ordenadores y los robots

Seguimos hasta la segunda planta para descubrir Automàtic, se trata de una muestra de unos 120 dibujos realizados por ordenadores, robots o fuerzas de la naturaleza. Acostumbran a ser pinturas simétricas o elípticas con ligeras variaciones representando formas geométricas. El principal pero que se le puede poner es que casi todas las explicaciones están en inglés, sin traducción alguna. El primer artilugio consiste en ocho ventiladores situados en el suelo que dirigen caprichosamente a un rotulador encerrado en una especie de barco de vela de cartón. Su dirección la marca el viento que provocan y da lugar a un dibujo muy curioso que se va creando frente a nuestros ojos.

El espacio Plots muestra trípticos de dibujos realizados por tres agentes: computadores, personas y máquinas, mientras algunos videos nos explican visualmente el proceso de creación de estas obras. Scripts ofrece el movimiento de un lápiz sobre un lienzo mientras que Traces presenta diseños creados por una pluma siguiendo el trazo que le marcan las fuerzas físicas (bien sea el viento o las olas). Finalmente podemos probar dibujando en el libro de datos siguiendo unas instrucciones y al ritmo de un metrónomo. Un experimento original que dura unos 20 minutos.

Si aún nos queda un poco más de tiempo podemos echarle un vistazo a Mirall de paper, que puede verse en la planta baja. Se trata de una recopilación de las publicaciones que ha hecho el Centre d’Arts en los últimos 30 años y que recoge multitud de libros de distintas disciplinas artísticas y autores que dejan constancia del paso por este local de las más variadas temáticas. Una biblioteca muy valiosa.

Un paseo por experiencias insólitas, sorprendentes, abiertas a la discusión y creadas por artistas valientes, atrevidos y originales. ¿Dónde empieza la certidumbre y acaba la impostura? Esa es la cuestión.