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Phenomena dedica tres tardes a James Dean proyectando todos sus filmes

El ciclo que se inicia hoy ofrecerá 'Al este del Edén', 'Rebelde sin causa' y 'Gigante'

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Eduardo de Vicente

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Los años 50 fueron una etapa de cambios sobre todo para la juventud que empezó a separarse de la tutela de los padres para adoptar sus propios hábitos, la ropa, el peinado y su actitud frente a la vida. A todo ello contribuyó poderosamente la música, con el rock‘n’roll por bandera y el movimiento de caderas de Elvis Presley como imagen icónica. Pero, cinematográficamente, el ídolo de los chicos fue un actor que tan solo rodó tres películas en dos años, el resto fueron cameos o apariciones breves televisivas, James Dean.

El actor atesoró con únicamente tres títulos una gran fama y se convirtió en mito tras fallecer en 1956, con tan solo 24 años. Irónicamente murió en un accidente automovilístico tras haber protagonizado varios anuncios para advertir a los chicos de los peligros de la conducción. Nos dejó tres detalles de su gran talento pero nos privó de un futuro que podía haber sido aún más brillante. Ahora Phenomena recupera sus tres películas en unas sesiones especiales a lo largo de los próximos días que se proyectarán en orden inverso al que se estrenaron.

Un duelo con las dos grandes estrellas de la época

Esta tarde (16.10 horas) se proyecta su testamento cinematográfico, Gigante (1956) en 4K.  Es un monumental melodrama de más de tres horas de duración que muestra el mundo del petróleo a través de la evolución de una familia a lo largo del tiempo y que guarda muchos elementos en común con Pozos de ambición. George Stevens (Un lugar en el sol, Raíces profundas) fue el director y el joven actor debía medirse a dos grandes estrellas de la época, Rock Hudson y Elizabeth Taylor, y salió airoso del reto. Dean es un joven de origen humilde que trabaja a disgusto al servicio de unos ganaderos. Su patrón se casa con una mujer de la alta sociedad, a la que le cuesta adaptarse a las estrictas normas de la región y entabla amistad con el muchacho. El chico tendrá la oportunidad de tomarse la revancha cuando descubra un pozo de petróleo y se convierta en millonario. Stevens obtuvo el Oscar al mejor director y el filme se llevó otras nueve nominaciones fallidas (entre ellas la de Dean, a nivel póstumo). La gran ganadora del año era sensiblemente inferior como el tiempo ha demostrado, La vuelta al mundo en 80 días.

El filme que marcó a una generación

La retrospectiva continúa el domingo 9 de septiembre (18 horas) con su segunda película, Rebelde sin causa (1955). Fue uno de los títulos que más contribuyó a su imagen y la que más marcó a su generación. El polifacético realizador Nicholas Ray (Johnny Guitar, Los dientes del diablo) consiguió extraer brillantísimas interpretaciones del joven trío protagonista formado, además de Dean, por Natalie Wood (West Side Story) y Sal Mineo, otro actor que falleció prematuramente a los 37 años. Daban vida a tres chicos incomprendidos que pretendían reflejar las diferencias generacionales y de entendimiento entre padres e hijos. Dean era el hijo único de un matrimonio bien situado económicamente, formado por una mujer dominante y un padre pusilánime. El muchacho, de carácter difícil, entabla amistad con una guapa compañera. Para la memoria colectiva han quedado sus arriesgadas pruebas automovilísticas (imitadas hasta la saciedad y precedente directo de la saga Fast & Furious) y las escenas románticas a la luz del planetario de Los Angeles que rememoró recientemente La La Land. El director y los otros dos actores fueron nominados al Oscar. Inexplicablemente la Academia se olvidó de Dean pero Wood obtuvo, al menos, el Globo de Oro.

Un debut sorprendente

El ciclo concluirá el sábado 15 de septiembre (17.40 horas) con su primer trabajo, Al este del Edén  (1955), que también se proyectará en 4K. Su descubridor fue Elia Kazan, un espléndido cineasta manchado por su colaboracionismo en la caza de brujas contra compañeros acusados de comunistas. Este drama estaba basado en una novela de John Steinbeck con referencias bíblicas: una parábola sobre el bien y el mal en la línea de Caín y Abel. Daba vida a un muchacho que se siente marginado porque su padre muestra su predilección por su hermano quien, además, es novio de la chica a la que siempre ha querido. El joven intenta ayudar a su progenitor para ganarse su confianza, pero al menor problema vuelve a ser atacado por su familia. El chico descubre que su madre, contrariamente a lo que pensaba, no está muerta, por lo que decide buscarla. Era su primera película y ya entonces fue nominado a las célebres estatuillas, junto al realizador, el guionista y la hoy olvidada actriz Jo Van Fleet, que sí se llevó el Oscar a casa.

Tres grandes películas para recordar a una leyenda del cine como se merece, en una pantalla de grandes dimensiones, versión original subtitulada y copias de gran calidad. Tres oportunidades para recuperar a uno de los grandes que, desgraciadamente, cumplió aquella fatídica máxima de “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” pronunciada por Humphrey Bogart en Llamad a cualquier puerta. Siempre nos preguntaremos qué más sorpresas nos tenía reservadas en una carrera que apuntaba a lo más alto.