MEDIO SIGLO DESPUÉS

Netflix hace que Orson Welles se revuelva en su tumba

La plataforma financia el montaje de 'The other side of the wind', película de la que el director solo dejó 41 minutos de metraje realizados

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zentauroepp27077347 director peter bogdanovich poses as he arrives to attend the180831204224 / REUTERS / TONY GENTILE

Nando Salvà

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¿Qué tiene que suceder para que una película tarde casi 50 años en ser completada? En el caso de 'The other side of the wind', prácticamente de todo. Orson Welles empezó a rodarla en 1970, tras haber pasado dos décadas repudiado por Hollywood, decidido a usarla para canalizar todo su descontento y su mala baba acumulados contra el mundo del cine. Cuando murió en 1985, plegado sobre su máquina de escribir, seguía trabajando en ella.

Los infortunios que se encontró -y los que él mismo creó- en ese intervalo, y los que la película misma ha sufrido después, han alcanzado estatus de leyenda. Cuando empezó a filmar, en buena medida financiado por el cuñado del Shah de Irán, no tenía guion. Había previsto completar el rodaje en ocho semanas; le acabó llevando seis años de continuas reescrituras de escenas y cambios de reparto. Posteriormente, la Revolución Islámica, la falta de dinero, las sucesivas batallas legales y hasta el extravío de los negativos de la película contribuyeron a mantenerla inacabada durante décadas. Hasta que llegó Netflix, para financiar el proceso de montaje y restauración del material -supervisado por Peter Bogdanovich Frank Marshall, entre otros- y posibilitar así que, finalmente, 'The Other Side of the Wind' haya visto este viernes la luz en la Mostra.

Resumida en breve, la película habla de un viejo cineasta que, como Welles en 1970, intenta resucitar su carrera años después de haber sido marginado por los estudios de Hollywood. Buena parte de ella transcurre durante la fiesta de cumpleaños del director, y es una sucesión casi siempre frenética y confusa de rostros, fragmentos de diálogo y planos que no siempre tienen mucho que ver los unos con los otros; el resto es una película dentro de la película, la nueva obra aún inacabada del protagonista, que parece parodiar títulos como 'Zabriskie Point' o 'Easy Rider'. Contemplar el conjunto resulta extenuante.

¿Cuánto hay en él de la visión original de Welles? Poco, posiblemente. El director, que al morir apenas había completado 41 minutos de metraje final, no dejó ninguna instrucción sobre cómo ordenar los 1.000 rollos de celuloide que había llegado a acumular. Es sabido que solía completar sus películas en la sala de montaje, y que no se fiaba ni de su sombra. También se sabe que había concebido 'The Other Side of the Wind' como un estudio imposible de personaje a la manera de 'Ciudadano Kane', pero eso es algo a lo que la nueva película hace caso omiso. Es probable que el viejo gruñón se esté revolviendo de dolor en la tumba ahora mismo.