Los Cinemes Texas dedican un ciclo a la actriz Jessica Chastain

Aún no hace cinco años que se reabrieron los Cinemes Texas y, en este breve espacio de tiempo, ya han demostrado al menos tres cosas: que se puede exhibir cine a precios económicos (cuesta 3 euros de lunes a jueves y 4, el resto), que las versiones originales subtituladas al catalán tienen público y que no es necesario vender palomitas para que cuadren los números. Más allá de su programación habitual, sus responsables preparan de vez en cuando alguna sorpresa para sus clientes y las dos próximas semanas tienen nombre de mujer: Jessica Chastain.

Durante estos 15 días se podrá ver un ciclo que incluirá algunas de sus películas más recientes. La primera de ellas es Take shelter (2011), un filme extraño, inquietanteTake shelter y muy atractivo donde comparte protagonismo con el ascendente Michael Shannon (el malo de La forma del agua). Interpretan a una pareja atormentada por las visiones que sufre él y que le llevan a construir un refugio para sobrevivir al Apocalipsis que presiente. Dirige Jeff Nichols, autor de títulos tan interesantes como Mud o Loving.

Sense llei (2012) tuvo un paso fugaz por la cartelera que no dejó que el público apreciara sus virtudes. Ambientada en la época de la Ley Seca cuenta las peripecias de dos hermanos (el gran Tom Hardy y el polémico Shia LaBeouf) que fabrican whisky casero y quieren dedicarse al contrabando de alcohol para lo cual deberán enfrentarse a las autoridades y a la mafia que comercia con el licor. Un filme basado en hechos reales y dirigido por el australiano John Hillcoat (La carretera) y escrito por su amigo, el músico Nick Cave.

Completa la oferta de la primera semana La desaparició d’Eleanor Rigby (2014), un drama de pareja que supone todo un experimento cinematográfico. Habla de la ruptura de un matrimonio e, inicialmente, se trataba de dos películas: una desde el punto de vista de ella y otra desde la perspectiva de él. Pero acabaron fusionándose en una sola dando lugar a un resultado algo extraño. Es una reflexión melancólica sobre el matrimonio, la familia y la pérdida. Brillan los dos protagonistas, Chastain y James McAvoy (Expiación, Múltiple), otro valor en alza.

Tres nuevos títulos para la próxima semana

A partir del sábado 17, se incorporarán tres nuevos títulos. En El cas Sloane (2016), Chastain es una representante de un lobby que se desvive por su trabajo pero cuando su empresa es contratada para convencer al público de que se eche atrás una ley para regular las armas decide marcharse a la competencia y luchar para que se apruebe. Una ácida visión de ese mundo oculto de los chanchullos y tejemanejes de la política norteamericana que muestra cómo se trabaja en la sombra para convencer a los representantes del pueblo de que voten una cosa u otra. Un retrato insólito y bastante fiel de los entresijos de la política y los que mueven los hilos sin pensar en las consecuencias de sus actos. Está firmada por John Madden, el director de Shakespeare in love.

La casa de l’esperança (2017) está ambientada en la Varsovia de l939. Los responsables del zoo de la ciudad ven como su mundo se derrumba cuando un bombardeo alemán destroza su establecimiento. La tensión va creciendo y optarán por acoger secretamente a los judíos perseguidos y esconderlos en el centro. La neozelandesa Niki Caro (Whale rider) dirige este drama que pretende ser un reconocimiento de dos héroes anónimos en la línea de La lista de Schindler.

El último título es el más reciente, Molly’s game (2017), debut en la dirección del prestigioso guionista Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca, La red social). Relata la vida de Molly Bloom, una esquiadora que debió dejar la competición tras una caída y se dedicó a organizar timbas clandestinas de póquer con famosos del cine, el deporte y la política. Pero fue detenida por la justicia y tuvo que buscar un abogado para que la defendiera. Grandes diálogos (como era de esperar de Sorkin) y un apasionante duelo actoral entre Chastain y su compañero de reparto, Idris Elba (La torre oscura, Luther, Mandela).

Un merecidísimo homenaje a una actriz que escoge muy bien sus papeles y que, aunque solo fuera por acumulación, ya debería tener algún Oscar. Ya ha estado cerca en un par de ocasiones (La noche más oscura, Criadas y señoras), pero no se llevó la estatuilla. Los directores y los actores la adoran, el público responde en taquilla y no tardará mucho tiempo en llevarse el disputado galardón a casa.