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'Barcelona, la façana del cinema' recupera la historia de este arte

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Eduardo de Vicente

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El cine es un arte que está a punto de cumplir 125 años a través de los cuales ha evolucionado muchísimo desde que los hermanos Lumière proyectaron su célebre Salida de obreros de la fábrica de Lyon. Un montón de máquinas que hoy pueden parecer primitivas fueron la inspiración para el invento que revolucionó el siglo XX. Parte de esta historia centenaria ha sido recopilada con tesón a lo largo de los años por el coleccionista Josep María Queraltó, también cofundador de la empresa de suministros y equipamientos Kelonik, para preservar su legado. Este loco maravilloso muestra ahora una pequeña parte de su patrimonio en Barcelona, la façada del cinema, que puede verse solo hasta el domingo en el Reial Cercle Artístic.

La primera pieza que puede contemplarse, y una de las más importantes, es un teatro donde se proyectaban sombras chinescas que estuvo ubicado en el mismísimo palacio de Versalles en la época de María Antonieta. Hay múltiples piezas valiosas como un proyector de Edison de 1897 que esconde el habitual rollo circular de celuloide en un cuadrado, una cámara que utilizó el realizador Luis Buñuel o la que se empleó durante el rodaje de El cameraman, la comedia protagonizada por Buster Keaton.

En esta primera parte de la exposición destacan las pinturas, obra del propio Queraltó, de las herramientas de los precursores y pioneros como el zootropo, la linterna mágica, el praxinoscopio, la kinora o el cinematógrafo del los Lumière. Allí también figuran dos espejos mágicos de 1905 rescatados del parque de atracciones Tibidabo donde los más pequeños pueden verse con una fisonomía distorsionada y reírse un rato.

Retratos y carteles

La planta baja está presidida por un mutoscopio, un ingenio que permitía ver imágenes en movimiento mirando por un visor y retratos de figuras relacionadas con el cine como Fructuós Gelabert, director de la primera película de ficción española (Riña en un café, 1897), el dramaturgo Adrià Gual o el estudioso Miquel Porter i Moix. Entre los objetos que se muestran figura el cartel de 1889 en el que se anunciaban las pantomimas luminosas, proyecciones animadas con el teatro óptico de Reynaud, el precedente directo de los dibujos animados.

Recuerdos de los cines de Barcelona

La nostalgia invadirá a los visitantes con la colección de una cincuentena de acuarelas obra del artista Josep Marfà realizadas para celebrar el centenario del cine. Se trata de una serie de trabajos sobre los cines históricos de Barcelona. En ellas podemos ver locales desaparecidos como el Fémina (que cerró sus puertas tras un misterioso incendio), el Spring (que destacó en sus últimos años por su programación de repertorio), el Catalunya (uno de los pocos que hacía matinales en los 80), el Vergara (que proyectó versiones originales en su última época), el Roxy (al que Serrat dedicó una canción) o el Selecto, emblema del barrio de Gràcia.

También figuran algunos que se han reconvertido en teatros como el Poliorama, Coliseum, el Casino La Alianza (en el Poblenou) o el Tívoli o algunos que solo recuerdan los más mayores como el Walkyria (en la ronda de Sant Antoni), el Kursaal (en la rambla de Catalunya), el Miria (en Provenza) o el Beliograff (en la Rambla). Para recrearlos el pintor se inspiró en fotos antiguas que reflejaban su esplendor en los años gloriosos de las salas de exhibición.

Una colección admirada internacionalmente

Los más interesados pueden ver el largometraje documental Josep Maria Queraltó, a la recerca d’un somni, que se proyecta en una de las estancias y que pretende demostrar la importancia de su colección, envidiada por conservadores cinematográficos del mundo entero. Aquí todavía hace falta una voluntad y ayuda política para que su escaparate de maravillas (que consta de más de 20.000 piezas que ha ido acumulando como una hormiguita) tenga un lugar fijo donde ser expuesto.

Por ahora, lo más parecido a ello es el Museo que ha abierto en su localidad natal, Vallbona de les Monges en Lleida. Su sueño sería que sus piezas se exhibieran en una sede estable (por ahora solo es un ambicioso museo virtual) donde pueda mostrar todo cuanto ha reunido, pero su legado valdría la pena que fuera preservado y exhibido ya que forma parte de la historia del cine o, lo que lo mismo, la historia de nuestras vidas.