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El 'loro' vuelve a la playa

Los altavoces autoamplificados devuelven la batalla de la canción del verano a los arenales para disgusto de no pocos bañistas, como en los 70 y 80

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Álvaro García Benito

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'Loro', 'boombox', 'ghetto blaster'... Son muchos los nombres que recibieron los radiocasetes que, durante las décadas de 1970 y 1980, reventaron las calles de medio paneta. Reventaron casi literalmente, porque el volumen que alcanzaban era atronador, y sonaban por doquier. En España, más con rumba que con hip hop, todo hay que decirlo. Ahora, con las nuevas tecnologías produciendo altavoces autoamplificados potentes, pequeños y, sobre todo, muy baratos, la música vuelve a sonar en calles, parques y... playas. Solo hace falta darse una vuelta por los abarrotados arenales de Barceloneta durante esta ola de calor para poder escuchar 'Mi Cintura' (Álvaro Soler), 'Familiar' (Liam Payne y J. Balvin) y un sinfín de 'hits' veraniegos irrumpiendo entre el sonido del gentío. La batalla de la canción del verano también se libra a pleno sol. 

Un grupo de unos 10 turistas belgas escuchan música a través de uno de estos altavoces mientras se tuestan. Las canciones que suenan son de la vertiente más comercial del electro pop y el reggaetón, como 'Sin Pijama'  (Becky G y Natti Natasha) o 'Solo' (Clean Bandit ft. Demi Lovato). "Nos gusta escuchar música mientras tomamos el sol y a veces hasta cantamos las canciones que más nos gustan", explica Emma, una de las chicas del grupo. A la gente de alrededor no parece molestarle demasiado el volumen ni el tipo de música. "Es mejor tener algo de fondo", comenta una de las señoras colindantes con estos amigos.

La escucha colectiva está ganando territorio, como en los parques y calles de los años 80. Durante mucho tiempo se escuchó con auriculares, salvo alguna que otra persona que decidía exponer su selección musical con el altavoz del móvil en el metro. Pero desde hace un par de años las cosas están cambiando. El eterno retorno de las modas.

Aun así, no es un camino de rosas. Hay quien detesta tener que escuchar quiera o no quiera lo que otros imponen. "Me marcho porque aquí no hay quien se relaje", protesta Luis mientras se aleja de un grupo de jóvenes que entonan algunos cantes con la ayuda de la guitarra que suena en su altavoz. Atención: altavoz 'waterproof'. Sí, a prueba de agua. 

Son infinidad las situaciones en las que se puede escuchar estos aparatos sonando en la playa, a menudo a buen volumen: un par de chavales escuchando 'IDGAF' (Dua Lipa), tumbados al sol y escudriñando a un grupo de chicas cerca de ellos; un hombre exhibiendo sus habilidades con el balón mientras retumba 'Flames' (Sia); un grupo de aficionados al reggae que con la guitarra y un pequeño altavoz cantan melodías que recuerdan a Marley. Incluso algunos chiringuitos usan ahora estos aparatos.

Como Tupac

"Me gusta escuchar hip hop en estos altavoces, porque imagino que así lo harían raperos como Tupac en su tiempo", explica Javi, un chaval al que le gusta improvisar con sus amigos en los bancos que hay en los parques cerca de la Barceloneta. De hecho, es cada vez más frecuente encontrar alguna que otra batalla de gallos o sesión de breakdance por las calles de Barcelona gracias a la nueva música portatil. Aunque por los altavoces es más fácil escuchar 'Bien Duro' (C. Tangana) o 'In My Feelings' (Drake) que clasicos del hip hop.