EL ANFITEATRO

Misionero, mosquetero y compositor

Les Surprises recuperan 'Issé', una obra barroca de Destouches, en el Festival Radio France de Montpellier

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Rosa Massagué

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Eso es lo que fue André-Cardinal Destouches (1672-1749), misionero y mosquetero para acabar siendo un compositor que hizo de bisagra entre el mundo musical de Lully y el de Rameau. En Francia la constante investigación de su pasado musical da frutos y en este caso ha permitido la recuperación de ‘Issé’, una ‘pastoral heroica’ que ha subido al escenario de la Opéra Comédie de Montpellier, en versión de concierto, de la mano de la formación Les Surprises que dirige Louis-Noël Bestion de Camboulas, dentro del Festival Radio France Occitanie-Montpellier.

A Destouches, hijo de un rico comerciante, le costó encontrar lo que mejor podía hacer en la vida, pero a los 25 años, el triunfo de su primera obra, precisamente ‘Issé’, marcó definitivamente el camino musical. Pero antes, educado por los jesuitas, había sido misionero en Siam (hoy Tailandia), acompañando a un geógrafo. A su regreso participó como mosquetero en el asedio francés contra la ciudad de Namur, en los Países Bajos (1692).

Y del fragor de la batalla a la música de la mano de André Campra para quien compuso algunas arias que este incorporaría a su ‘Europa Galante’. Después tendría el favor y la amistad de Antoine Grimaldi, príncipe de Mónaco. Gracias a la intercesión monegasca, ‘Issé’ se representó ante Luis XIV. La obra gustó al rey que la comparó a la de Lully. Un joven Luis XV bailó su ballet ‘Les éléments’. Interpretó varias de sus propias obras en los primeros Concerts Spirituels y acabó siendo el mandamás de la Musique du Roi. Después, el olvido hasta su reciente rescate.

La ‘pastoral heroica’ es un género típicamente francés que inauguró Lully con ‘Acis et Galatea’, con un prólogo alegórico en el que intervienen personajes mitológicos, y cinco actos en los que se desarrollan las cuitas amorosas entre pastores y figuras alegóricas. Issé es una ninfa deseada por el pastor Hylas y por Apollon quien, para conseguirla se disfraza de pastor. Los otros dos protagonistas de la obra son Doris y Pan que hacen el contrapunto más cómico con una mirada cínica sobre el amor.

El prólogo transcurre en el jardín de las Hespérides representando la Abundancia, con su entrada bloqueada por un horrible dragón que representa la guerra que impide el comercio y genera pobreza. Pero llega Hércules  en una alegoría del rey que mata al dragón. Y aquí paz y después gloria.

De esta obra, con libreto de Antoine Houdar de La Motte, se conocían fragmentos, pero ahora el conjunto Les Surprises (el nombre viene de una ballet de Rameau) la ha presentado en su totalidad con la partitura recompuesta por el Centro de música barroca de Versalles. Y la  primera sorpresa ha sido la calidad de la obra, con una música que mantiene la tensión, que nunca decae, muy equilibrada entre la parte supuestamente seria y la más cómica de modo que nunca se hace aburrida pese a la versión de concierto y a las casi dos horas y media de duración con entreacto.

En el prólogo algunos solistas salieron a cantar con poca precisión, pero la recuperaron muy bien durante los actos siguientes. La voz joven de la soprano Eugénie Lefebvre, en el papel protagonista, reflejó bien las cuitas de Issé, lo mismo que la voz ‘haute contra’, típica del barroco francés para papeles heroicos y amatorios, de Martial Pauliat. La soprano Chantal Santon, como Doris, y el barítono Matthieu Lécroart en el papel de Pan ofrecieron con soltura la parte más ligera. Completaban el reparto Étienne Bazola, Stephen Collardelle, Cécile Achille y David Witczak.

La orquesta bajo la batuta de Bestion de Camboulas, que también se ocupaba del clavecín, hizo verdaderas filigranas con la música de Destouches, interpretada por un conjunto muy sólido en la cuerda, pero con una sección de viento y madera impecable. Y un percusionista, Joël Grare, que en la mejor tradición barroca desplegó un sinfín de instrumentos que reproducían elementos de la naturaleza y lo hacía con un entusiasmo contagioso. ‘Les surprises’, formación creada en el 2010, pertenece a la nueva generación de grupos franceses dedicados a la música antigua y barroca siendo los herederos de ‘Les Arts Fleurissants’, de William Christie, o de ‘Le Concert Spirituel’ que dirige Hervé Niquet.

Y para acabar, el llamamiento que al final hacen Apollon, Issé, Pan y Doris a “Europeos, europeas, chinos, americanos, americanas, egipcios y egipcias”. Destouches y su libretista, globales y con corrección de género.

En el terreno de la ópera el festival prosiguió con otra rareza, la ópera ‘Kassya’, protagonizada por Véronique Gens. Se trata de una obra inacabada de Leo Delibes, compositor al que se le asocia con una única ópera, su ‘Lakmé’.

Maratón Scarlatti

Domenico Scarlatti era italiano y vivió 28 años en España donde murió en 1757 y donde compuso la mayor parte de sus 555 sonatas para clavecín. Pero ha sido en Francia donde esta ingente obra ha encontrado su mejor proyección. Hace 30 años el malogrado clavecinista estadounidense Scott Ross, que se había instalado en este país, en la localidad de Assas donde su castillo alberga un clavecín histórico, grabó la integral de dichas sonatas para Erato.

Ahora, tres décadas después, Radio France dentro de su festival que desarrolla en Occitania ha promovido la reedición de aquella integral ofreciendo 35 conciertos, del 14 al 23 de julio, con 30 clavecinistas internacionales (ninguno español) en el castillo de Assas y en otros lugares históricos de la región.

Todo el festival es una muestra de lo que debe ser el trabajo de una radio pública en un país que mima y promociona el patrimonio musical.

'Issé', vista el 18 de julio.

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