QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

El Poliorama recupera la comedia 'La importància de ser Frank'

David Selvas convierte la obra de Oscar Wilde en un musical intemporal y colorista

frankjpeg

frankjpeg

Eduardo de Vicente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La última temporada del Teatre Nacional de Catalunya ha estado marcada por el éxito de la comedia La importancia de ser Frank, una original adaptación del clásico de Oscar Wilde. Muchos espectadores se quedaron con ganas de verla y por eso se ha ganado a pulso una segunda oportunidad y puede recuperarse en el Poliorama hasta el 5 de agosto.

Esta versión sigue, a grandes rasgos, la trama original con dos personajes masculinos que mantienen una doble identidad para mantener la seriedad que les marca la aristocracia y, al mismo tiempo, poder dar rienda suelta a su vida más lúdica. Pero cuando dos mujeres y el azar se cruzan en su camino deben darse de bruces con la realidad y afrontar las consecuencias de su juego.

Una original adaptación con canciones

La principal aportación del director, el actor David Selvas, consiste en haberla convertido en un espectáculo colorista e intemporal que incorpora canciones. El escenario es un salón en el que predomina el blanco, presidido por un tresillo, una cabeza de ciervo disecado y dos instrumentos: un piano y una batería para acompañar los temas musicales. La segunda parte finge un cambio de escenario con el añadido de decenas de plantas.

El reparto se mantiene casi al completo. El único cambio es el de Jaume Madaula que sustituye al inicial Miki Esparbé y cumple con corrección como uno de los dos Frank aunque quizá se eche a faltar un punto más gamberro. David Verdaguer encaja en el personaje de su compañero como un guante, dotándole de ese aire algo canalla, irónico y guasón que acompaña al actor. Incluso canta y toca unas notas al piano. El dúo femenino de enamoradas sigue formado por la componente de las Mamzelle, Paula Malia, y Paula Jornet, que interpreta varias canciones con su guitarra como si fuera una cantautora contemporánea. Norbert Martínez acaricia la batería e interpreta el doble papel de mayordomo y reverendo enamorado de una institutriz (Mia Esteve). Pese a tener aparentemente un papel secundario, Laura Conejero consigue levantar a la platea con cada aparición y provocar las mayores carcajadas.

Diálogos trepidantes a toda velocidad

La obra transcurre a un ritmo endemoniado. Menos mal que se trata de actores de primera fila y vocalizan a la perfección sus afilados y trepidantes diálogos; en manos de otro elenco menos experimentado quizás nos enteraríamos de la mitad de sus frases. Eso sí, hay que tener un poco de paciencia, ya que la primera hora se limita a plantear el enredo mientras que en la segunda, cuando todo empieza a salir a la luz, es cuando llegan las risas.

Resulta especialmente adecuada la traducción del título al catalán. En castellano se la conoce como La importancia de llamarse Ernesto, con lo que pierde el juego de palabras del original (The importance of being Earnest), ya que el earnest inglés quiere decir serio, honesto.

Una manera ingeniosa y atractiva de recuperar un clásico adaptándolo a los gustos actuales pero sin perder lo más importante, la esencia, el espíritu del original de Oscar Wilde y disfrutar de un reparto brillante que conecta desde el primer minuto con el público, que sale entusiasmado y con una sonrisa en el rostro.