'El mejor verano de mi vida': la dignidad de los 'cuñaos'

Puede que sea una comedia blanca, comercial y confeccionada para gustar al mayor segmento de la población posible, pero también tiene estilo, una perfecta mezcla entre comicidad, emoción, humanidad y una mirada sensible hacia nuestro entorno marcado por la crisis económica y de valores. El espíritu neorrealista contagiado de feel-good-movie corre por sus venas, pero también la sátira bufonesca a través de ese pícaro buscavidas que interpreta Leo Harlem, tan patético como entrañable. De la Orden consigue componer una comedia coral que cobra sentido más allá de sus brillantes gags gracias a ese poso melancólico que desprende y a esa oda sencilla al valor de los supervivientes.