LOS ESTRENOS DE LA SEMANA

La tragedia de Whitney Houston

'Whitney', el nuevo documental de Kevin Macdonald, investiga en la vida turbulenta de la cantante R&B-pop

Juan Manuel Freire

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Desde hace unos años vivimos una proliferación de documentales sobre artistas musicales desaparecidos antes de tiempo. A veces, los panegíricos vienen de dos en dos: en el 2015 se estrenaron un par de documentales sobre la vida y muerte de Kurt Cobain, y solo un año separa 'Whitney: Can I be me' y 'Whitney', nueva visión de la tragedia de Whitney Houston.

En la primera, Nick Broomfield (director, por cierto, de otro documental sobre Cobain) se preguntaba por qué murió Whitney Houston, repasando las presiones que infligieron sobre ella tanto familia como industria. También Kevin Macdonald (ganador del Oscar por 'Un día en septiembre') parece obsesionado en la nueva película por discernir cómo Houston acabó como acabó, ahogada accidentalmente en una bañera de un hotel de Los Ángeles. Tenía tan solo 48 años.

Las dos películas tratan su historia casi como un misterio de asesinato, buscando al culpable o los culpables entre un dramatis personae que incluye a familiares poco escrupulosos; productores obstinados en limar las aristas de Houston y hacerla aceptable para el mayor número de público posible, o incluso los propios espectadores, que igual se reconocen entre quienes un día la admiraron pero después, llegada su peor época, se rieron de ella sin reparo. (El gag rescatado de 'Padre de familia' es espeluznante).

Víctima de abusos

En el caso de 'Whitney', el giro que, supuestamente, ilumina el misterio es una revelación llegada cerca del final: su antigua asistente Mary Jones explica cómo Whitney sufrió abusos a manos de Dee Dee Warwick (hermana pequeña de Dionne Warwick y prima de Whitney) siendo muy joven.

Puede sorprender que una revelación así aparezca en una película que tuvo el beneplácito de sus herederos (no como la de Broomfield), pero Macdonald se aseguró el control del montaje final y una vez dicho y grabado algo, tenía plena libertad para usarlo.

No dejó fuera palabras que confirman, por ejemplo, que las drogas llegaron a la vida de Whitney mucho antes de la entrada en escena de Bobby Brown; con 16 años, ya probaba la marihuana y la cocaína de manos de su hermano mayor Michael. Tampoco se esquiva la cuestión de su fluidez sexual, aunque su relación con Robyn Crawford (amiga, asistente, amante) no se trata tanto como en 'Can I be me'.

¿Y qué hay del pop?

Lo que tampoco se aborda en exceso es, por desgracia, la música. La única canción que se escucha bien y sin distracciones es esa preciosa 'Home' en 'The Merv Griffin show', su primera aparición televisiva. Y bueno, en honor a la verdad, se aprende bastante sobre todo lo que hubo detrás de su gran versión de 'The star spangled banner' en la Super Bowl de 1991.

Por lo demás, el arte de Whitney queda prácticamente fuera de la ecuación. Al productor L.A. Reid se le hacen más preguntas sobre la adicción que sobre, digamos, su trabajo conjunto en el magistral disco R&B-pop 'I’m your baby tonight' de 1990.