El 'festival' de Bayreuth empieza antes de tiempo y mal

El festival de Bayreuth ha empezado antes de tiempo y lo ha hecho en modo circo, con la búsqueda a toda prisa de un tenor para interpretar el papel protagonista de la ópera ‘Lohengrin’ con la que se inaugura la edición de este año el próximo día 25. Las prisas de última hora están motivadas por el abandono del tenor Roberto Alagna que debía protagonizar la ópera en una nueva producción de la obra de Richard Wagner. En el comunicado en el que el cantante anunciaba su retirada el pasado sábado, dos días antes de iniciar los ensayos, Alagna explicaba que pese a haber estudiado el papel siempre que le había sido posible solo había podido memorizar la mitad de la obra.

Lo insólito no es tanto la espantada del tenor, que también lo es. Lo más insólito es que la dirección del festival encargara el papel de Lohengrin a un cantante cuya voz puede ser adecuada, pero que nunca ha interpretado una obra de Wagner a quien está dedicado el festival, ni en versión de concierto; su repertorio, centrado en el francés y el italiano, está muy lejos del alemán, y ni siquiera ha cantado en aquel idioma.

Esta nueva producción de la ópera sobre el caballero Lohengrin que firmará Yuval Sharon, cuenta con la soprano Anja Harteros (Elsa) y con el retorno a Bayreuth después de una ausencia de 18 años de Waltraud Meier (Ortrud) -- ausencia motivada por desavenencias con el anterior director del festival,  Wolfgang Wagner--, y con Christian Thielemann en el foso.

En varias entrevistas, cuando todavía se suponía que iba a cantar Lohengrin, el propio Alagna expresaba su perplejidad porque desde Bayreuth le propusieran el papel. Decía que no quiso aceptar pero que Thielemann, el todopoderoso director musical del festival, le animó y le convenció.

En otra entrevista publicada en la revista digital forumopera.com el pasado junio, antes del abandono, el tenor aseguraba que era un repertorio que no le atraía particularmente, que le gustaba escucharlo pero que a diferencia de la verdiana ‘La forza del destino’, en ‘Lohengrin’ no oía su voz en su interior. Añadía que si lo iba a interpretar era por su mujer, la cantante Aleksandra Kurzak, que se había sumado a la labor de convencimiento para que aceptara este reto que se ha demostrado demasiado grande para un tenor con su historial, su agenda apretadísima y su poca sintonía con la música de Wagner.

La dirección del festival en manos de Katharina Wagner, biznieta del compositor, tiene estas cosas, la de buscar nombres que acaparen los titulares, pero esta deriva mediática que intenta imponer tiene muchos riesgos y este es uno de ellos, que se contrate a un artista inadecuado para el papel y para lo que Bayreuth significa y se tenga que buscar sustituto cuando faltan menos de cuatro semanas para la inauguración.

La incógnita es grande. Jonas Kaufmann que cantó el papel una única vez en el festival, en el 2010, está en Munich interpretando ‘Parsifal’ con un gran éxito personal. Klaus Florian Vogt que lo interpretó en Bayreuth varios años, en este cantará Walter von Stolzing en ‘Los maestros cantores de Nuremberg’, de modo que estas dos voces quedarían descartadas. Piotr Beczala, que tuvo un gran éxito con Lohengrin junto a Ana Netrebko en Dresde bajo la dirección de Thielemann hace un par de años, podría socorrer al festival y sería el primer polaco en cantar un papel protagonista en Bayreuth. Otra posibilidad sería Christopher Ventris, bien conocido en Bayreuth por su Parsifal, y que acaba de cantar Lohengrin en Viena. A lo mejor Katharina Wagner y Thielemann nos sorprenden y nos descubren a un nuevo tenor wagneriano.

A lo mejor habrá que decir aquello de que bien está lo que bien acaba. Sea cual sea la solución, el festival de Bayreuth ha empezado. Antes de tiempo y mal.