DENUNCIA

El drama de la esclavitud infantil, en un documental

La fotoperiodista Ana Palacios estrena en Madrid 'Niños esclavos. La puerta de atrás'

zentauroepp43891837 nios esclavos180621212059

zentauroepp43891837 nios esclavos180621212059 / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La fotoperiodista Ana Palacios documenta por primera vez la rehabilitación de los niños esclavos en África Occidental, un trabajo en forma de libro, exposición y documental bajo el título 'Niños esclavos. La puerta de atrás'. La cinta se ha estrenado este jueves 21 de junio en Madrid, en la Cineteca del Matadero.

"Cuando somos niños nos dicen que si te acercas una caracola al oído, podrás escuchar el sonido del océano. ¿Pero qué pasa si somos niños y no tenemos caracolas con las que jugar ni sonidos mágicos que escuchar?", arranca el filme en el que Palacios muestra el drama humano de la esclavitud infantil, pero también la salida.

Padres que venden a sus hijos

En una entrevista con Europa Press, la autora admite que hasta el 2015 desconocía el origen de esta forma "esclavitud moderna" y que fue un misionero el que le contó que se trata de una tradición: los propios padres venden a sus hijos por unos 30 euros ante la imposibilidad de hacerse cargo de ellos.

"En el fondo, el principal factor es la extrema pobreza y la ignorancia de que se vulneran los derechos fundamentales del niño", alerta sobre este problema que afecta a uno de cada cinco menores del continente africano. Detrás de la venta de menores está la falsa promesa de que les van a dar una mejor vida, pero, al final, esto se traduce en abusos, malos tratos y esclavitud.

Durante tres años, Palacios investigó sobre la situación de estos niños en tres países distintos -Benín, Togo y Gabón-, en colaboración con Unicef Comité Español, y a través de los proyectos de Mensajeros de la Paz, las Carmelitas Vedrunas y Misiones Salesianas, que cuentan con varios centros donde "devuelven la dignidad" a cientos de niños.

"Siempre vinculo mi trabajo a una oenegé porque me interesa que todo lo que documente no solo sean violaciones de derechos humanos y dramas humanitarios olvidados, sino también proyectos de organizaciones que trabajan para erradicarlos", sostiene Palacios. Sus trabajos son, según explica, "una extensión de las oenegés".

Donaciones

Esta periodista, galardonada con el Premio Manos Unidas de Periodismo por un reportaje en el suplemento 'Papel' de 'El Mundo' sobre este tema, publicado también en 'The Guardian', 'Al Jazeera', 'Der Spiegel' y 'Days Japan', entre otros medios internacionales, admite con orgullo que varias personas se han puesto en contacto con ella después de leer su artículo para hacer donaciones.

La autora del documental explica las tres fases del proceso de 'cura' de estos niños, que, en algunos casos, puede durar siete u ocho años. Rescate, rehabilitación y devolución. Muchos de los menores de estos centros han logrado escapar de los traficantes; otros que han sido liberados por las oenegés, y también hay quienes han acabado allí de la mano de la Policía, después de ser abandonados.

"Todos los niños tienen un trauma. Es el denominador común en quienes han visto interrumpida su infancia"

Ana Palacios

— Fotoperiodista

Una vez que ingresan, el objetivo no solo es darles techo y comida, sino rehabilitarles física y psicológicamente, pues la mayoría llega con lesiones de malos tratos y un largo historial de abusos. Todos tienen un trauma. Este es el denominador común en quienes han visto interrumpida su infancia. Muchos ni siquiera saben su edad.

"Algunos no hablan durante meses, son incapaces. Otros se despiertan en mitad de la noche desorientados y se ponen a barrer o a recoger como autómatas, pues esa fue su rutina durante años", cuenta la autora del documental sobre estos niños "sin anclaje emocional ni vínculos familiares".

El proceso, que, dependiendo del caso, dura unos meses o varios años, incluye una parte fundamental, que es la búsqueda del traficante y el asesoramiento jurídico del menor. Tal es el empeño de estas oenegés por que los niños conozcan sus derechos, que, cuando Palacios les pidió un pseudónimo para preservar su identidad en el documental, hubo una niña eligió 'Abogado'.

Erradicación

La búsqueda de la familia de origen y de quienes les vendieron para ser juzgados y condenados por ello, junto con la formación de las poblaciones rurales contra el tráfico de menores, es otra de las patas de estos proyectos que tienen como objetivo la erradicación de la esclavitud infantil: "Les dicen que no solo no hay que vender a los menores, sino que, si lo hacen, pueden ser encarcelados. La mayoría lo desconoce".

La devolución del niño a su propia familia, una vez que las dos partes están en condiciones de llevar a cabo el proceso, suele ser el objetivo, pero, según explica Palacios, también se valora el acogimiento familiar y, si estas dos soluciones no son posibles, las oenegés les dan una formación profesional para que puedan optar a un trabajo remunerado y lograr así la independencia.

"Se toman muy en serio la rehabilitación. A cada niño que acogen le devuelven la dignidad", asegura esta fotoperiodista, que dona los beneficios de los derechos de autor de la publicación del libro de este proyecto a los centros de acogida de las tres organizaciones mencionadas.