CRÓNICA

Ronnie Spector, la voz de leyenda de The Ronettes

La cantante debutó en Barcelona, este lunes en Apolo, con un emocionante concierto salpicado por hitos pop de los 60 como 'Baby, I love you', 'Walking in the rain' y 'Be my baby'

Ronnie Spector, en la Sala Apolo

Ronnie Spector, en la Sala Apolo / periodico

Jordi Bianciotto

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Cincuenta y tantos años después, Ronnie Spector opera como feliz portadora de uno de los repertorios más inspiradores e intensos del pop, el de The Ronettes, con esas canciones que en su día condensaron toda la ansiedad emocional adolescente entre melodías gloriosas y la épica del ‘muro de sonido’ de Phil Spector. Material de culto de primera división en la cultura pop, que la neoyorkina revivió en una disfrutable sesión este lunes en el ciclo Caprichos de Apolo.

Aunque parezca mentira, era su debut en la ciudad, y Ronnie Spector (que, antes de casarse con el genio inestable Phil, respondía por Veronica Bennett), lo asumió a gusto como un viaje a sus días de gloria con ánimo divulgador, un dinámico ritmo escénico y trazos de nostalgia amable, sin pretenciosidad.  ¿Su voz? Con casi 75 años, sería excesivo esperar que conservara el poder de los 21, pero no estuvo nada mal, vigorosa y conservando su color y emotividad naturales desde la primera canción, ‘Baby, I love you’, monumento que una generación posterior a la suya descubrió a través de Ramones.

Desde el Spanish Harlem

En escena, una banda de ocho músicos (cuatro de ellos, metales autóctonos procedentes del Taller de Músics), y una Ronnie Spector que entre canción y canción se sentaba para abanicarse y recorrer los episodios de su vida, empezando por su crianza en el Spanish Harlem, evocada con orgullo. Imágenes retrospectivas en una pantalla y tributos a The Dave Clark Five (‘Because’) y a la banda de doo-wop The Students (‘I’m so young’), reforzados por las otras dos voces femeninas que dan cuerpo a esta formación ahora conocida como Ronnie Spector & The Ronettes.

Y de ahí, a las cumbres de ‘Walking in the rain’ (genuflexiones ante los autores, Phil Spector, Cynthia Weil y Barry Mann) y el paseo bajo una lluvia tenue de melancolía, con precisos acentos dramáticos de la sección de viento. Ronnie recordó cuando los Beach Boys acudieron a alguna de sus sesiones de grabación, “embobados como si fueran niños”, y cómo de la obsesión de Brian Wilson por ‘Be my baby’ salió ‘Don’t worry baby’, que ella interpretó en Apolo como si fuera suya. Más guiños a contemporáneos: ‘I’d much rather be with the boys’, de los Stones, que telonearon a The Ronettes en 1964.

La pupila Amy Winehouse

Pero en el reverso de tantos brillos emocionales de juventud estaba la sombra de la muerte, que visitó prematuramente a unos cuantos personajes de esta historia. Tras tomarse un respiro y dejar que la banda se explayara, Ronnie evocó primero a Amy Winehouse con ‘Back to black’, versión que grabó poco antes de que su pupila nos dejara, y de ahí pasó a su hermana, la también ‘ronette’ Estelle, fallecida en el 2009 (‘‘How can you mend a broken heart’). Y a Johnny Thunders, autor de la balada rockera, reflejo de la adicción a la heroína, ‘You can’t put your arms around a memory’, que ella inmortalizó en 1999 de la mano de otro caído, Joey Ramone.

Esa conciencia de la cercanía del abismo hizo que los últimos brotes pop de la factoría Spector sonaran aún más arrebatadores, aferrándonos todos a la vida desesperadamente: ‘(The best part of) breakin’ up’ y el compás introductorio de batería más simple e influyente de la historia del pop (obra y gracia de Hal Blaine) dando paso a un ‘Be my baby’ con aura de leyenda. Un único bis sirvió en bandeja dorada ‘I can hear music’ (sigamos insistiendo en los autores: Spector, Jeff Barry y Ellie Greenwich), la última de aquellas “pequeñas sinfonías para los chicos” con las que Veronica Bennett, Ronnie Spector, conquistó el mundo en secuencias de tres minutos.

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