MULTITUDINARIO EVENTO SOLIDARIO

Un grito por la libertad de expresión en Palma

El concierto pro-Valtònyc ofreció un inflamado desfile de canciones y consignas coronado por la reunión de Antònia Font

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Jordi Bianciotto

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Querían que fuera un concierto de amplio espectro, más allá de rap, de los artistas tradicionalmente politizados, de la narrativa de la indignación, y lo tuvieron. Una cuarentena de artistas de perfiles variopintos, de David Carabén (Mishima) a La Puta Opepé, de Boikot a Maria del Mar Bonet, pasando por Albert Pla y Berri Txarrak, hicieron oír su voz de repulsa a las condenas carcelarias dispensadas a raperos como el ya famoso Valtònyc, este domingo en un maratón por la libertad de expresión en el Palma Arena. Y con la reunión de Antònia Font como 'bonus track' de excepción.

Fue un "grito de Mallorca a todo el Estado español", como lo describió Javier Vegas, impulsor de la asociación Acallar, organizadora de este concierto que se prolongó desde mediodía hasta entrada la madrugada ante las 8.000 personas que agotaron las entradas (a 20 euros). Convocatoria que comenzó a andar a a golpe de hip-hop con el ibicenco Siker y que, sin apartarse del género, acogió los airados pases de Elgio ("venga, más fuerte, que tiene que escucharnos la Audiencia Nacional") y de la rapera valenciana Tesa, invocando a 'Els besnéts del Tio Canya', alusión al himno de Al Tall con dulzainas sampleadas. Sí, esto no solo iba de libertad de expresión: también de reivindicación lingüística, cultura popular, feminismo, antiracismo…  Una sacudida general al estado de las cosas, con cruce de estilos musicales y generaciones.

Rap y 'corrandes'

El mismo público que bailó y gritó con los raperos se puso de repente a practicar el tradicional 'ball de bot' mallorquín con las jotas y 'corrandes' del veterano grupo folk Música Nostra. Y a escuchar en silencio a Maria del Mar Bonet, acompañada de la guitarra y la voz de Borja Penalba, cantando a Ovidi Montllor, Rosselló-Pòrcel y Vicent Andrés Estellés, antes de culminar con ‘Què volen aquesta gent?’. Una canción compuesta "contra el régimen franquista", recordó ella. "Entonces servía para definir a una gente. Ahora también".

De su voz y su guitarra se valió David Carabén para recorrer algunas piezas de Mishima, como 'Qui n'ha begut', 'Un tros de fang' y otra con un significado sobrevenido: 'S'haurà de fer de nit', canción que el grupo interpretó la noche del 1-O en diversos colegios electorales. "En este país se están cometiendo muchas barbaridades, y la persecución de Valtònyc no es la única", señaló antes de pedir el regreso de "presos y exiliados".

Quema de una foto del rey

Más incendiario, literalmente, fue el pase de Pablo Hasél, rapero condenado a dos años y medio de prisión, que procedió a quemar y posteriormente pisotear una foto del rey Felipe VI. "Que la rabia vaya más allá del 'trending topic', que cada día suene más fuerte, ¡libertad Valtonyc!". La Gran Orquesta Republicana hizo botar a la multitud con 'L'estaca', de Lluís Llach, y Boikot sacudió más si cabe el Palma Arena con su versión 'skatalítica' de 'Kalashnikov', de Goran Bregovic. A la hora prevista para el pase de Valtònyc, como era imaginable, no compareció (está en paradero desconocido), pero a través de la pantalla de video hizo saber que "el régimen caerá con lucha y perseverancia" y pidió no centrar el foco en su figura. "Yo no soy nadie. Esto no va de mí, va de nosotros".

Albert Pla, a pelo con su guitarra y ciñéndose a la más rabiosa actualidad, lanzó un guiño a Extremoduro con 'Pepe Botika', la historia de un "honrado traficante", antes de dirigirse a la jefatura del Estado en su famosa 'Carta al Rey Melchor'. "Estos borbones siempre nos tienen al día, siempre hay un motivo para dedicarles una canción", apuntó antes de seguir con otro tema de calibre grueso, 'La dejo o no la dejo', en torno a una supuesta novia terrorista. Y culminó con su loa a "la mallorquina més formosa", es decir, 'Àntònia Font', canción al final de la cual aparecieron los cinco miembros de esta banda disuelta en diciembre del 2013.

Antònia Font, de nuevo juntos, en una ocasión excepción y sin continuidad, al menos por ahora, avanzaron sutilmente a través de 'Mecanismes', con la añorada y melodiosa voz de Pau Debon conservada entre paños. "Es necesario estar aquí esta noche, pero, sobre todo, que estéis vosotros", saludó. La segunda canción, ‘Alegria’, casi ni hizo falta que la cantara porque el público la hizo suya, evocando las imágenes melancólicas del "sol de s’horabaixa", que dejaron un cráter en tantas vidas, camino de 'Robot', la festivalera 'Wa yeah!' y las guitarras airadas de 'Astronauta rimador'. Un microconcierto que supo a poco porque Antònia Font lo puso al servicio de una causa más grande que ellos.