CRÓNICA

Bonobo, la sutileza y la eficiencia

El proyecto de Simon Green ofreció desde delicado electro-soul a momentos cercanos al techno

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Juan Manuel Freire

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Quizá en parte por la cancelación del esperado concierto de Wiley (sustituido por sesión de Kode9), SónarClub se quedó el viernes casi pequeño para acoger a Bonobo, el ya longevo proyecto del británico Simon Green. Primero orientado hacia el downtempo con influjos jazz, desde hace unos años tiene más de UK garage, funk, incluso techno… Y también de electro-soul quizá demasiado sutil para según qué horas del Sónar de Noche.

Hubo miradas de reojo e inquietud entre el público cuando su habitual cantante Szjerdene salió a interpretar 'Surface', en la que una tristeza sostenida gana al crescendo, y después 'Break apart', poniéndose en el pellejo del conocidamente delicado Mike Milosh de Rhye, y la quietamente épica 'No reason'.

Pero Bonobo supieron aplacar el hambre de baile durante la mayor parte de su actuación, no demasiado lejana en repertorio (sí en el orden de temas) a su show en Razzmatazz del año pasado. En el habitual formato de banda completa, que incluye sección de metales, hicieron sudar con 'Bambro koyo ganda' y sus cánticos gnawa; el clásico 'Cirrus', cosido con la odisea techno 'Outlier' y los latinismos de 'We could forever', o esa definitiva 'Kerala' empujada por un contagioso 'sample' del clásico R&B 'Baby' de Brandy.