ANIVERSARIO DE UNO DE LOS GRANDES DEL CELULOIDE

Ingmar Bergman, centenario del cineasta total

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zentauroepp6735425 file swedish film director ingmar bergman is shown in thi180610180201 / AP

Quim Casas

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El próximo 18 de julio se celebrará el centenario del nacimiento de Ingmar Bergman (1918-2007), uno de los nombres más importantes de la historia del cine, tan críptico en muchas de sus películas como inmensamente popular con otras (‘Gritos y susurros’ estuvo más de un año en cartel) y multipremiado: se alzó con tres Oscar a la mejor película de habla no inglesa (‘El manantial de la doncella’, ‘Como en un espejo’ y ‘Fanny y Alexander’) y en 1997 le otorgaron la Palma de Oro honorífica de Cannes. La Filmoteca de Catalunya se adelanta a la efeméride e inicia este martes una amplia retrospectiva de su filmografía que se extenderá hasta finales de agosto.

Ganó tres Oscar a la mejor película de habla no inglesa y una Palma de Oro en Cannes 

No se trata solo de revisar o conocer las singulares propuestas de este hombre capital tanto en cine como en teatro, deudor de los grandes maestros del cine mudo escandinavo (Carl Thedodor Dreyer, Victor Sjöstrom y Mauritz Stiller) y de la dramaturgia sueca (August Strindberg), tan influyente en la concepción que del cine y de la vida han tenido autores como Woody Allen. Además de la proyección de las fascinantes ‘Un verano con Mónica’, ‘El séptimo sello’, ‘Fresas salvajes’, ‘El rostro’, ‘Los comulgantes’, ‘Persona’, ‘La hora del lobo’, ‘Pasión’, ‘Secretos de un matrimonio’ y ‘De la vida de las marionetas’, la retrospectiva incluye una clase magistral de Katinka Faragó (miércoles 13, 17.30 horas), quien fuera ‘script’ de Bergman en varias de sus películas desde ‘Secretos’ (1955) hasta ‘Gritos y susurros’ (1972), para convertirse después en productora de algunas de sus obras para televisión. Una voz más que autorizada para hablar de las interioridades y métodos de trabajo del director.

Demonios interiores

A partir de un momento determinado, Bergman reflejó en sus películas muchos de sus demonios interiores, desde el silencio de Dios, vértice de su descomunal trilogía de principios de los 60, la formada por ‘Como en un espejo’ (1961), ‘Los comulgantes’ (1962) y ‘El silencio’ (1963), hasta una infancia marcada al fuego por la severidad de su padre, un pastor luterano, como queda reflejado en ‘Fanny y Alexander’ (1982), la última película que hizo para el cine; después desarrolló una trayectoria igual de intensa en el formato estrictamente televisivo, con pequeñas obras maestras de cámara como ‘Después del ensayo’ (1984), ‘En presencia de un payaso’ (1997) y su título póstumo, ‘Saraband’ (2003), que fue exhibido en salas de cine pese a su oposición, ya que lo había rodado e iluminado pensando en la pequeña pantalla.

La biografía familiar, el adulterio y la crisis de pareja fueron sus recursos más queridos 

Las figuras paterna y materna jugaron un papel esencial en su forma de reflejar en pantalla las relaciones de pareja. Lo hizo desde la estricta ficción en ‘Secretos de un matrimonio’ (1973), miniserie televisiva que tuvo también un inusitado éxito en su versión cinematográfica, o evocando los recuerdos de sus padres en la novela ‘Las mejores intenciones’, publicada en 1991 y trasladada al cine y a la televisión un año después por Bille August en la película y la miniserie homónimas. Bergman fija la historia entre 1909, cuando se conocieron su padre Henrik Bergman, un estudiante de Teología, y su madre Anna (en realidad Karin) Akerblom, hija única de una familia burguesa de Upsala, y 1918, cuando esperaban el segundo de los tres hijos que tuvieron (el propio Bergman) y el matrimonio vivía un pulso entre la luz y las tinieblas.

La autobiografía familiar, el adulterio y la crisis de pareja fueron sus recursos más queridos, ya que poco después Bergman reflejaría uno de los momentos más críticos de sus padres, cuando su madre tuvo una relación extramatrimonial, en el guion de ‘Encuentros privados’ (1996), una película para televisión realizada por quien había sido pareja sentimental de Bergman, la actriz Liv Ullman. Su madre volvió a ser el centro de todas las cosas en ‘El rostro de Karin’ (1984), un precioso corto montado con fotos del álbum familiar del cineasta.

Bibi Andersson y Liv Ullman

Bergman y Ullman no estuvieron casados, pero su relación fue, tanto en el plano amoroso como en el creativo, una de las más intensas en la ajetreada vida amorosa del director, quien contrajo matrimonio en cinco ocasiones y tuvo ocho hijos, uno de ellos, Daniel Bergman, también realizador: en 1992 dirigió, a partir de un guion de su padre, el filme ‘Niños del domingo’, en el que Ingmar ofrece una vuelta de tuerca más a su infancia. Daniel puede considerarse uno de los actores más precoces de la historia del cine, ya que al poco de nacer, en septiembre de 1962, su padre lo filmó con una cámara de Súper 8 y recuperó después este material para la cinta colectiva ‘Stimulantia’ (1967), en un episodio titulado precisamente ‘Daniel’.

Tuvo una intensa y ajetreada vida amorosa, se casó en cinco ocasiones y tuvo ocho hijos

La madre de Daniel fue la cuarta esposa de Bergman, Käbi Laretei. Se divorciaron en 1969, cuando la relación entre Bergman y Ullman había cristalizado convirtiéndose en una de las grandes parejas artísticas y sentimentales del cine europeo moderno, como las formadas por Jean-Luc Godard y Anna Karina y Michelangelo Antonioni y Monica Vitti. El primer trabajo conjunto fue ‘Persona’ (1966), coprotagonizado por otra de sus actrices preferidas, Bibi Andersson (otros rostros femeninos y masculinos asiduos fueron los de Harriet Andersson, Gunnar Björnstrand, Max Von Sydow, Gunnel Lindblom, Ingrid Thulin y Erland Josephson).

La colaboración se extendió en nueve películas más: ‘La hora del lobo’ (1967), ‘La vergüenza’ (1968), ‘Pasión’ (1970), ‘Gritos y susurros’ (1972), ‘Secretos de un matrimonio’, ‘Cara a cara’ (1975), ‘El huevo de la serpiente’ (1977) -olvidado filme sobre el germen del nazismo, con la singular pareja formada por Ullman y David Carradine­‑, ‘Sonata de otoño’ (1978) y ‘Saraband’, en la que Ullman y Josephson volvieron a interpretar sus personajes de ‘Secretos de un matrimonio’ tantos años después.

Tres películas que hay que ver

'El séptimo sello' (1957), galardonada en Cannes con el Premio Especial del Jurado, fue la película que abrió el universo bergmaniano al exterior: una obra muy plástica sobre un medievo asolado por la peste negra en la que un caballero dirime una partida de ajedrez con la muerte para decidir su destino.