EL 'CLIFFHANGER' DEL GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ

Màxim Huerta, el ministro incógnita

Escritor y tertuliano de Ana Rosa Quintana, su nombramiento ha despertado estupefacción, aunque el sector apuesta por darle un voto de confianza

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Baatriz Martínez

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Era la última incógnita del Gobierno de Pedro Sánchez. La mayor parte de las carteras ya tenían un responsable, pero la de Cultura y Deportes, después de escindirse de Educación, permanecía desierta. En los corrillos se iban sucediendo nombres, aunque fueran ‘fake’, desde Elvira Lindo a Rosa León, pero no se terminaba de confirmar nada. ¿Es que nadie quería hacerse cargo de ese ministerio? Eso se empezó a pensar, que estaban llamando a todo el mundo y que nadie se atrevía a recoger el testigo de Íñigo Méndez de Vigo después de dejar el sector en un estado un tanto mustio y marchito. Eran muchas las protestas que estaban en el aire: bajar el IVA, la crisis en RTVE, fomentar la producción cultural, elaborar diferentes leyes de protección y, sobre todo, recuperar la confianza perdida a lo largo de todos los años de mandato popular.

Así, el miércoles por la tarde, a las 19.30 horas, en un giro inesperado de los acontecimientos, eso que en términos de guion llaman ‘cliffhanger’, se hizo oficial que Màxim Huerta (Utiel, Valencia, 1971) sería el nuevo ministro de Cultura y Deportes. El popular periodista, presentador de televisión y escritor no estaba en ninguna de las quinielas. Fue una 'campaná' en toda regla y quizá fuera ese efecto sorpresa lo que contribuyó a que las reacciones en las redes sociales en un primer momento fueran de auténtica estupefacción, de emoticono con los ojos como platos. ¿El tertuliano de Ana Rosa Quintana?

"Las reacciones en las redes sociales en un primer momento fueran de auténtica estupefacción, de emoticono con los ojos como platos. ¿El tertuliano de Ana Rosa Quintana?"

El desconcierto campó a sus anchas. Había una sensación de oportunidad perdida. ¿Por qué se había apostado por un perfil tan mediático? Algunos tuits maledicentes apuntaban a que parecía más bien un fichaje para 'MasterChef Celebrity' y comenzaron las comparaciones odiosas con nombres más consolidados como los de Jorge Semprún, Carmen Alborch, Ana García D’Atri, Javier Solana y Fernando Savater. ¿Puede una persona que no tiene experiencia en la gestión cultural, en el manejo de presupuestos, ponerse al frente de un ministerio? Esa es la cuestión, porque lo cierto es que Màxim Huerta no tendría un currículum previo que lo avalara en sus nuevas responsabilidades. 

La 'princesa del pueblo'

Si Màxim Huerta puede hacerse cargo de ese puesto, cualquiera podría. Ese fue otro de los comentarios extendidos, como apuntaba en su columna para este periódico el escritor Jordi Puntí. Hasta Belén Esteban. De hecho, en el programa de Tele 5 'Sálvame', se llegó a hacer la pantomima de entregar a la colaboradora y 'princesa del pueblo' la cartera con el traspaso de poderes. España es así de delirante.

Más allá de chistes de mejor o peor gusto, lo cierto es que algunos medios de comunicación simpatizantes del anterior Gobierno aprovecharon la coyuntura para iniciar una campaña de desprestigio sacando a relucir tuits en los que el periodista exponía su opinión alrededor de los más diversos temas de actualidad sin cortarse un pelo. El independentismo catalán, los toros, el deporte (que ahora pasa a formar parte de su administración) han sido algunos de los temas sobre los que se ha expresado abiertamente, que más controversia han suscitado y más sensibilidades herido.

"El independentismo catalán, los toros, el deporte han sido algunos de los temas sobre los que se ha expresado abiertamente, que más controversia han suscitado y más sensibilidades herido"

Los sectores más retrógrados también se han esforzado en deslegitimizar su figura sacando a relucir actitudes homófobas por tratarse del segundo ministro homosexual de este gabinete junto a Fernando Grande-Marlaska, al frente de Interior. Por el contrario, el colectivo LGTBI ha celebrado ambos nombramientos por "ayudar a fomentar la aceptación de la diversidad en el seno de nuestra sociedad".

'Bestsellers' populares

Màxim Huerta estudió Ciencias de la Información en la Universidad CEU San Pablo de Valencia. Comenzó su periplo como periodista en 1997 en Canal 9 hasta que dos años después pasó a formar parte del equipo de Informativos Tele 5. Y en el 2005 comenzó su labor como colaborador de 'El programa de Ana Rosa', donde trabajó a lo largo de 10 años. Durante ese periodo alcanzó la popularidad, esa que tanto se le recrimina ahora, y desde hace algún tiempo ha preferido mantenerse alejado de los focos para dedicarse a la literatura, una faceta que sin duda se ha visto supeditada también por su condición de 'celebrity' ya que, como todo el mundo sabe, para ganar algo de dinero con los libros, solo se puede ser famoso, YouTuber o 'influencer'.

Precisamente unos días antes de su nombramiento, Huerta se encontraba firmando ejemplares de su último y séptimo trabajo, 'Firmamento', en la Feria del Libro de Madrid. En los últimos años se había convertido en un habitual de este evento, desde la publicación de su primera novela en el 2009, 'Que sea la última vez...', hasta llegar a uno de sus grandes hitos personales, el Premio Primavera 2014 que recibió de manos de su admirada Ana María Matute, que presidía el jurado de esa edición.

"Desde hace algún tiempo se ha mantenido alejado de los focos para dedicarse a la literatura, una faceta que se ha visto supeditada por su condición de 'celebrity"

En la Feria ha ido coincidiendo con otros presentadores y caras públicas de la televisión que, como él, se habían pasado a la elaboración de ‘bestseller’ con una amplia aceptación popular, entre ellos Boris Izaguirre, Sandra Barneda, Carme Chaparro, Jorge Javier Vázquez, Nuria Roca y la propia Ana Rosa Quintana. Precisamente la reina televisiva de las mañanas, ante el nombramiento del que fuera su pupilo, declaró "que se podía ser intelectual y presentar programas del corazón".

Entusiasmo entre el famoseo

En este sentido, el entusiasmo ha sido generalizado entre el famoseo patrio. Risto Mejide, Alaska, Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández, Joaquín Prat y Tania Llasera se han lanzado a la defensa de Màxim. Pero también escritoras como Rosa Montero se apresuraron a felicitar al nuevo ministro, así como la cantante Vanesa Martín y el cineasta ‘millennial’ Javier Calvo. Al fin y al cabo, los límites entre la baja y la alta cultura se han pulverizado y el clasismo intelectual se encuentra en vías de desaparecer.

" Personalidades de las artes escénicas, la literatura, el cine y la música consultadas responden con la misma máxima: Hay que darle un voto de confianza"

Este periódico se ha puesto en contacto con diversas personalidades de las artes escénicas, la literatura, el cine y la música y la respuesta ha sido la misma en todos los casos: Hay que dar un voto de confianza a Màxim Huerta, no se pueden sacar conclusiones precipitadas ni juzgar sin conocer cómo será su gestión.

El productor Enrique López Lavigne, responsable de éxitos recientes de nuestro cine como 'La llamada' o 'Verónica', añadía que "de entrada es un tipo que lee, que va al cine, al teatro y que habla sobre ello. Necesitamos un ministro activo y sensible que nos acompañe, que nos escuche para proteger nuestra industria". Pero no solo el 'mainstream' apoya a Huerta. Nazario Luque, uno de los padres del cómic 'underground' declaraba en conversación telefónica que "España se ha convertido en un país tendencioso, prejuicioso y amarillista al que solo le gusta criticar sin saber".