ESTRENOS DE CINE

La voz indómita de Marguerite Duras

La actriz Mélanie Thierry interpreta a la controvertida escritora francesa 'Marguerite Duras. París 1944', que llegará el viernes a los cines

Beatriz Martínez

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Conocimos a Mélanie Thierry a las órdenes de Giuseppe Tornatore en ‘La leyenda del pianista en océano’ (1998) y su mirada azul cristalina, tan magnética como misteriosa, se quedó incrustada para siempre en la memoria cinéfila. A pesar de su aspecto menudo, la fragilidad no es precisamente una de las características que mejor la definen, ya que siempre la hemos visto interpretar papeles de mujeres fuertes y decididas. Ha trabajado con grandes del cine francés como Bertrand Tavernier o André Téchiné, con genios locos como Terry Gilliam (en ‘Teorema Zero’) y con Fernando León de Aranoa en su primera aventura internacional, ‘Un día perfecto’. Está a punto de estrenar ‘Nos vemos allá arriba’, la adaptación del Premio Goncourt de Pierre Lemaitre, pero antes, la podemos ver encarnando a la controvertida Marguerite Duras (que también ganó el Goncourt por “El amante” en 1984), en esta película que adapta su novela 'El dolor', en la que la escritora rememora sus años de juventud durante la Francia ocupada cuando era miembro de la resistencia y esperaba la liberación de su marido. El filme llega este viernes a nuestos cines.

“Al no tratarse de un biopic sino de una adaptación, no tenía por qué imitarla”, explicó este martes la actriz a este diario, durante su visita a Madrid para presentar 'Marguerite Duras. París 1944'. “Podíamos inventarla, al igual que ella se inventa a sí misma en la novela”. Y es que no nos encontramos ante unas memorias o un relato biográfico sino ante uno de los muchos experimentos que emprendió la narradora al utilizar su propia voz y los recuerdos de su pasado como fuente de inspiración para exorcizar sus fantasmas. “No podíamos renunciar a la voz de Duras”, dice Thierry refiriéndose a los monólogos interiores que vertebran el relato. “No podíamos privarnos de su escritura, de su lenguaje”.

La película, dirigida por Emmanuel Finkiel y que se presentó en el pasado Festival de San Sebastián, se acerca al tema de la ausencia y parece estar recorrida por un paisaje espectral. Esas largas tardes de espera, el ambiente lúgubre de una ciudad asustada, el miedo de la gente en cada esquina. Dos hombres formarán parte de su vida en ese momento, un alto cargo colaboracionista (interpretado por Benoît Magimel) por el que sentirá al mismo tiempo asco y atracción y su compañero Dyonis Mascolo (el cantante Benjamin Biolay) con el que mantendría una relación secreta. “Marguerite tenía un espíritu muy aventurero, arriesgado. Le gustaban los juegos de poder y dominación y la estrategia amorosa”.  

Mélanie Thierry reconoce que una de las cosas que más le gustaban de la escritora era su espíritu indómito, ese furor y audacia juvenil que se mantuvo a lo largo de los años con sus luces y sus sombras. “Podía ser una mujer espantosa y terrible, apasionante y admirable, insoportable y cargante”.

La actriz piensa que la película se adapta a la perfección a la forma de ser de Duras, un tanto opaca e impenetrable, turbia y compleja. Y, sobre todo, subraya “sin un solo atisbo sentimental ni melodramático”. ¿Y le habría gustado esta adaptación a la escritora? “Seguramente no, no le gustaba ninguna, pero creo que hemos sido bastante fieles a su historia”.