LA GRAN CITA 'INDIE' DE BARCELONA

El rock toma el poder en el Primavera Sound

El festival dio el protagonismo a las guitarras en su segunda jornada con un desfile de bandas encabezado por The National

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Jordi Bianciotto

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Este año en el Primavera Sound hay, en efecto, mucho hip-hop y muchos ritmos afroamericanos, pero la jornada del viernes tuvo acentos como los de antes, asociados a las ricas tradiciones de ese entrañable género musical llamado rock. Ahí estuvieron actuaciones como las de The National, Mogwai, The Breeders o Father John Misty, a las que se sumó el concierto sorpresa de Los Planetas, anunciado para medianoche. Y encima, los muy esperados raperos Migos cancelaron por una causa poco memorable: los chicos perdieron el vuelo.

La gran llanura del escenario Mango resultó adecuada para la épica de The National, un grupo que lee las enseñanzas del pospunk dándose cierta importancia, cuidando texturas y trabajando secuencias que van de la oscuridad introspectiva a los despliegues de poder que consiguen en efecto de empequeñecer al oyente. Precedidos por la canción enlatada ‘Most of the time’, de Bob Dylan, entraron en materia citando su nuevo disco, ‘Sleep well beast’, con el sigiloso ‘crescendo’ de ‘Nobody else will be there’, acompañado de otras piezas de estreno: esa opaca ‘Walk it back’ y el arrebatado tránsito eléctrico de ‘Guilty party’.

Las relaciones obsesivas

The National, con la voz y circunstancia de Matt Berninger marcando carácter, recorrió con trazo quirúrgico ese rock sofisticado, de elaboradas texturas, que resulta grandioso incluso en sus momentos más recogidos. Como en ‘I need my girl’, alusión a las relaciones obsesivas y algo así como su ‘Bailar pegados’ particular, aunque sea en versión místico-angustiosa-milenarista. El grupo de Cincinnati, en fin, impactó con un repertorio que incluyó piezas muy celebradas como ‘Fake empire’ y ‘About today’.

Más contenido fue lo de Father John Misty, ‘hipster’ de ‘hipsters’, barba y gafas negras, si bien en su cancionero heredero del canon ‘singer-songwriter’ de, pongamos, el período 1968-73 (Harry Nilsson, Randy Newman), hay una sustancia que va más allá de la pose. La nueva vida de Josh Tillman, el que fuera batería de Fleet Foxes, lució arropada por una sección de cuerdas y metales que subrayó el evocador aire neoclásico de piezas como ‘Only son of a ladiesman’ y ‘Total entertainer forever’.

Pero el cantante y guitarrista de Maryland, prolífico, que ahora va a disco por año, tiene nueva obra, ‘God’s favourite customer’, que se ponía a la venta precisamente ayer y del que salió la dramática ‘Disappointing diamonds are the rarest of them all’. De ahí, John Misty se dirigió a la espléndida pieza que daba título a su disco anterior, ‘Pure comedy’, y a una escalada de electricidad a través de ‘Hollywood forever cemetery sings’ y ‘The ideal husband’.

La saga Pixies

Pero si hay un artista este año que pueda representar al imaginario 'indie' de los 90, fuente iniciática del festival, esimaginario 'indie' de los 90 The BreedersBanda siempre con un pie en el precipicio, con Kim Deal, exbajista de los Pixies, aquí al micro y la guitarra. Como con ellos nunca se sabe qué puede pasar, valió la pena disfrutar de su momento de (aparente) felicidad, con el cuarteto clásico íntegro y un nuevo y abordable disco, ‘All nerve’, portador de su sonido rugoso y abierto al giro emotivo, como en ‘Spacewoman’.

Con sus aires informales de siempre, medio en broma pero sonando un poco más técnicos que en los días de ‘Last splash’, combinaron la melancolía de ‘Off you’ con la aridez garajera de ‘I just wanna get’, sin pasar por alto una de sus perlas, ‘Divine hammer’, antes de que el ‘riff’ del bajo de Josephine Wiggs condujera al clásico ‘Cannonball’, himno ‘indie’ de la cosecha de 1994. En su tiempo no solían tocar ‘Gigantic’, agua ‘pixie’ pasada, pero ahora, Kim Deal, ya alejada de Frank Black y compañía (veremos si para siempre), la canta felizmente con su hermana Kelley. En el Fòrum alentó los cánticos populares antes de otro rescate sustancioso, ‘Do you love me’. 

Y hay que hablar de otra figura que no es ni rock, ni hip-hop, sino que se encuadra en esa tradición musical de África occidental que está en la base de todos estos géneros globales. Se trata de la estrella maliense Oumou Sangaré, una artista que elabora con calma cada uno de sus discos. El nuevo, ‘Mogoya’, lanzado ocho años después del anterior, dio pie a un concierto vibrante en el Primavera, con una formación más eléctrica que otras veces (guitarra, bajo, teclados), dos coristas y la tradicional kora, y marcando estilo, como diva que es, sobre un temario de afro-pop con ascendente wassoulou. Idóneo para quienes quisieran saber un poco más de los orígenes genuinos de lo que llamamos música negra.