LA GRAN CITA 'INDIE' DE BARCELONA
Primavera Sound 2018: los conciertos que no puedes perderte
Un año más, el festival barcelonés ofrece una inabarcable ruta soñada por músicas excitantes de hoy y ayer
Juan Manuel Freire
Periodista
Periodista y crítico cultural.
Juan Manuel Freire
Pasan los años y todavía pesa sobre el Primavera Sound una imagen de simple sarao festivo al que el moderno (adjetivo usado en España solo con fines peyorativos) acude a lucir palmito y cantar canciones de moda solo en algunos círculos. Todo esto es un poco verdad, pero también bastante mentira. Mucha gente va a este festival de música a escuchar música. Y segundo porque la oferta musical no se queda en el espectro alternativo anglosajón (que explora con más criterio que la mayoría de festivales mundiales), sino que mira hacia otras fronteras geográficas, estilísticas y temporales.
En el cartel del 2018 aparecen nombres ya familiares en festivales alternativos que, por otro lado, siguen vigentes por su facilidad para seguir sacando discos buenos y que suenan nuevos. Es el caso de Beach House, renacidos en un '7' en el que se toman libertades respecto a su adorado modelo de pop ensoñador. O Ariel Pink, artífice de un pop retroactual cada vez menos freak y más emotivo: en 'Dedicated to Bobby Jameson' suena, a veces, como Prefab Sprout. O Arctic Monkeys, lejos, muy lejos, de los zigzagueos pospunk y abrazados a un concepto espacioso del sonido en 'Tranquility base hotel & casino'.
El grupo de Alex Turner es uno de los claros cabezas de cartel para esta edición, junto con nombres que no necesitan excesiva presentación como Björk, Nick Cave And The Bad Seeds, The National, Jane Birkin y Lorde, quien, quizá, haga rebajar un poco la media de edad del festival.
El empuje urbano
También podría ayudar a esto último la presencia de artistas de géneros ahora tan pujantes entre la juventud como R&B, hip hop y trap. La música negra está mucho mejor representada que otros años, con ganchos que van del colectivo hip hop-soul The Internet a la chanteuse neo-soul Jorja Smith (la artista que esperaban quienes añoran a Amy Winehouse), pasando por raperos sónicamente eclécticos como Vince Staples, A$AP Rocky y Tyler, The Creator; artistas de R&B con sesgo futurista como ABRA y Majid Jordan (dúo ahijado de Drake), e ídolos trap como Migos.
La ola urbana que sacude nuestra escena no podía ser ignorada, y por ello se ha programado a buenas horas, con el sol ya puesto, a artistas como el (algo más que) trapero C. Tangana y la musa dancehall local Bad Gyal. En la representación local caben, sea como sea, otros géneros: del pop ensoñador (The Crab Apples, Ganges, los suavemente psicodélicos The Zephyr Bones) al rock slacker (Hinds), pasando por una canción rock personal de diversas generaciones (Christina Rosenvinge, Núria Graham).
Corazón partido
El año pasado, el Primavera Sound redobló su apuesta por la música electrónica creando Primavera Bits, casi un festival-dentro-del-festival al que se accede cruzando el puente desde el Parc del Fòrum al litoral de Sant Adrià de Besòs. Esta edición, al otro lado del puente habrá música todavía mejor y más variada, con más directos, algunos con espíritu pop. Lo que pondrá en serios apuros al público menos dancer y más indie: para ver a Superorganism, Oneohtrix Point Never, Mount Kimbie o Panda Bear, por ejemplo, hay que cruzar al otro lado del puente. Calculad bien los tiempos.
La oferta puramente electrónica del festival ya no es una cuota, ni un reducto minoritario, ni algo para rematar la jornada. Primavera Sound ya no es solo una especie de Meca del indie rock, sino que empieza a ser igual de potente como escaparate de la música de baile. Como en la parte rocker, no hay relleno. Se esperan maravillas del set de seis horas del maestro house/boogie Floating Points. Y después están directos como Jon Hopkins (emo-techno), Four Tet (techno, jazz cósmico), James Holden & The Animal Spirits (psicodelia de nuevo cuño)… Algo imponente.
El elemento pedagógico
En un momento en que consumir se antepone a entender, aprender o profundizar, el Primavera sigue empeñado en combinar los nombres novedosos con antepasados gloriosos de todos ellos. Este año asistiremos a los regresos de The Breeders y Peter Perrett (The Only Ones); a la confirmación del resurgir de Slowdive; a otra lección de genio de los iconoclastas pop Sparks, o al lúcido vaivén entre fragilidad y ruido del clásico del jazz vanguardista Art Ensemble Of Chicago.
No todo en el Primavera son guitarras discordantes tocadas por chicos blancos, entre otras cosas porque las chicas hacen el mejor indie rock actual (no se pierdan a Jay Som y Waxahatchee). La paleta sonora del festival incluye desde la clásica contemporánea de Jóhann Jóhannsson, homenajeado por sus colaboradores, al quejido flamenco del mítico Capullo de Jerez.
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