Harvey Weinstein, en libertad tras pagar una fianza de un millón de dólares

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Idoya Noain

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Ha llegado la hora de la Justicia, con mayúsculas, para Harvey Weinstein. El productor de cine, al que más de 80 mujeres han acusado de agresión y acoso sexual, se ha entregado a la policía de Nueva York en una comisaría de Manhattan este viernes, poco antes de las 7.30 de la mañana. Tras ser procesado y acusado de cargos de violaciónacto sexual criminalabuso sexual y conducta sexual inapropiada", ha sido trasladado, esposado, a un tribunal penal de Manhattan, donde ha sido imputado formalmente. 

El juez le ha permitido quedar en libertad bajo una fianza de 10 millones de dólares, aunque el productor, de 66 años, puede evitar la prisión pagando un millón en efectivo. Lo hará con un dispositivo electrónico de seguimiento colocado en el tobillo y tras entregar su pasaporte, lo que limitará sus movimientos, aunque podrá salir de Nueva York para ir también a Connecticut, donde tiene una mansión. 

Antes de la comparecencia judicial la policía de Nueva York ha informado de los cargos en un comunicado, donde ha dado las gracias públicamente a dos mujeres que han permitido la imputación, definiéndolas como "valientes supervivientes" que han mostrado "coraje". Aunque la víctima de la violación no ha querido que se haga público su nombre, se sabe que el cargo por acto sexual criminal se ha planteado por la acusación de Lucía Evans, que en 2004 era una estudiante de 24 años a la que Weinstein obligó a practicarle una felación en su oficina de Miramax.

Se declarará "no culpable"

Weinstein ha llegado esta mañana a la comisaría en un todoterreno negro, con gesto sombrío y  un gran cuaderno de tapas negras y dos libros bajo el brazo, las biografías de Elia kazan y Rodgers y Hammerstein. Menos de dos horas después, tras ser registrado con fotografías y la toma de sus huellas dactilares, ha sido trasladado, esposado, al tribunal, donde ha escuchado los cargos en su contra.

Poco después su abogado, Benjamin Braffman, ha hablado con la prensa en las escaleras de la corte y ha anunciado que el productor "se declarará no culpable". El letrado ha insistido en que su cliente "niega vehemente" las acusaciones y "siempre ha mantenido que todas sus actividades sexuales fueron consentidas". Braffman también ha cuestionado a las víctimas y, a modo de defensa, ha asegurado que su cliente "no inventó el sofá de casting en Hollywood", como se denomina a la cultura de favores sexuales a los que durante décadas se han tenido que someter las aspirantes a entrar en la industria. 

El primer artículo

Los cargos son los primeros pero posiblemente no los últimos, pues un gran jurado sigue activo y podría añadir otros. Y llegan casi ocho meses después de que 'The New York Times' publicara el 5 de octubre del  año pasado el primer artículo que sacó a la luz décadas de abuso sexual y de poder del productor. Poco después llegaron más revelaciones en 'The New Yorker'. Y se abrieron las compuertas a un torrente de denuncias de mujeres dispuestas a hablar públicamente , que demostraron no solo el patrón de comportamiento de Weinstein como un depredador sexual sino también la estructura de poder y presión que había creado para mantenerlas en silencio y la connivencia de muchos en la industria que le permitieron cometer impunemente sus crímenes y abusos durante décadas.

El paso adelante dado por actrices como Ashley JuddAsia ArgentoPaz de la HuertaMira SorvinoGwyneth PaltrowAngelina Jolie o Salma Hayek ayudó a colocar el foco de la fama sobre el lado más oscuro de la industria. Y dio alas al movimiento #MeToo, que está cambiando la conversación y la acción sobre el acoso sexual más allá de Hollywood.  

Siete meses de investigación

No todas las víctimas de Weinstein eran miembros del star system. Había también secretarias y empresarias y empleadas de la industria. Y fue precisamente el relato en 'The New Yorker' de Evans, que era una aspirante a actriz y estudiante cuando Weinstein la forzó en 2004, el que llevó a la fiscalía de Nueva York a abrir la investigación que ha culminado con la imputación. 

Evans recordó en ese artículo cómo se conocieron en un bar, cómo el productor y sus asistentes empezaron a contactarla para una reunión en las oficinas de Miramax en Tribeca y cómo cuando llegó allí Weinstein la forzó. "Dije una y otra vez no, para, no quiero hacer esto", le contó a Ronan Farrow (que junto a las periodistas del Times Jody Kantor y Megan Twohey ha recibido este año el Pulitzer por su trabajo en el caso). "Me resistí pero quizá no lo suficiente. No quería golpearle o pelear con él. Es un tipo grande. Pudo más que yo. En cierta forma me rendí".

Los investigadores contactaron a Evans al día siguiente de que se publicara el artículo. Su caso no estaba, como otros, afectado por estatutos de limitaciones que a menudo imposibilitan perseguir a los culpables. Y se puso en marcha el proceso que ha entrado en una nueva fase hoy. "Llega un momento en que tienes que pensar en el bien mayor de la humanidad, de las mujeres", le decía este jueves Evans a Farrow. "Él me quitó mi autoestima y mi poder personal. Sabiendo que puedo recuperarlo, y evitar que le haga esas cosas a otra mujer, no podía dejarlo pasar".   

La misma fiscalía que ahora procesa a Weinstein, que dirige Cyrus Vance, decidió no perseguirle  en 2015, cuando la modelo y actriz italiana Ambra Battilana acudió a la policía denunciando acoso y logró que el productor fuera grabado admitiendo algunos de sus excesos en una operación clandestina. Esa decisión del fiscal neoyorquino fue controvertida incluso para algunos de los investigadores y policías involucrados, que hablaron de que la decisión fue "corrupta", y elevó la presión sobre Vance para actuar.

 Sus investigadores no solo han hablado con Evans. La actriz Paz de la Huerta, que asegura que Weinstein le violó dos veces en 2010, ha hablado en dos ocasiones con ellos. Y ha habido también entrevistas a víctimas en Los Ángeles y Canadá. La policía de Los Ángeles y de Londres también tiene abiertas investigaciones.

Hay en marcha, además, una investigación federal de Weinstein. Aunque de momento no se han presentado cargos, están en el punto de mira sus finanzas. Y se estudia si vulneró la ley, por ejemplo, al organizar un sorteo benéfico en 2015 para recaudar fondos contra el sida.  Entre los premios estaban una sesión con un destacado fotógrafo de moda y entradas para acudir a una gala de premios y una fiesta en Hollywood.