TESTIGO DIRECTO

The talented Mr. Wolfe

Jorge Herralde recuerda su trayectoria como editor del autor de 'La hoguera de las vanidades'

Jorge Herralde, Lali Gubern y Tom Wolfe, en Nueva York

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Jorge Herralde

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El primer recuerdo, a finales de los 60, fueron esas dos palabras, Tom Wolfe, como un ‘trade mark’ respingón, y una imagen más respingona aún: un joven dandy vestido de blanco todo el año, invierno incluido, camisa de rayas, cuello blanco cerrado (y también respingón) y corbata, en los tiempos de la contracultura. Así nos miraba, insolente, desde las revistas de la época.  

Mis dos primeros fichajes literarios norteamericanos, en los primerísimos 70, fueron el gran cuentista Donald Barthelme y Tom Wolfe. Un autor, éste, que debutó con un título, que era toda una declaración de intenciones (para quien supiera descifrarlo), ‘The Kanky-Kolored Tangerine-Flake Streamline Baby’, del cual se publicó una breve selección en los ‘Cuadernos ínfimos’ de Tusquets. Y a partir de ahí se publicaron en Anagrama casi todos sus libros posteriores.

En Bocaccio

Mi primer contrato con Tom Wolfe fue en el 72: ‘Radical Chic & Mau-Mauing The Flak Catchers’, que se transformó, tras arduas deliberaciones con los traductores Álvarez Flórez y Ángela Pérez, en ‘La Izquierda Exquisita & Maumauando al parachoques’: la ‘izquierda exquisita’, como traducción de ‘radical chic’, tras descartar la facilona y obvia ‘gauche divine’; eso sí, se presentó en Bocaccio, oficiando Manolo Vázquez Montalbán . Después siguiendo ‘La banda de la casa de la bomba’, ‘La palabra pintada’, ‘El Nuevo Periodismo’ y ‘Los años del desmadre’. Todos ellos libros muy pirotécnicos, exclamatorios, algo así como una alegre (malignamente alegre) ‘mascletà’.

Y a principios de los 80 ‘Lo que hay que tener’, quizá su obra maestra (que tuvo una versión cinematográfica tan solo regular con el título de ‘Elegidos para la gloria’), ‘¿Quién le teme al Bauhaus feroz?’, ‘En nuestro tiempo’ y ‘Las Décadas Púrpura’, hasta llegar a su primera y tan celebrada novela ‘La hoguera de las vanidades’. Fin de trayecto, o casi: en 1997 recuperé un título “escapado”, ‘Ponche de ácido lisérgico’.

La Biblia de los jóvenes periodistas

Los tres primeros títulos tuvieron acogida mitigada con lectores muy fans pero escasos, hasta ‘El Nuevo Periodismo’, que se convirtió en lectura obligada (y muy placentera) en las escuelas de periodismo y similares. También gozaron de una difusión progresivamente favorable ‘La palabra pintada’ y ‘¿Quién tema al Bauhaus feroz?’, un sarcástico díptico sobre la pintura y arquitectura contemporáneas. La última tuvo una animada presentación en el Colegio de Arquitectos de Barcelona, a cargo de Oriol Bohigas, Óscar Tusquets y Francisco Umbral.

En cuanto a los anticipos, respondían al interés que entonces despertaba el autor en España, o sea prácticamente nulo: los de los cuatro primeros libros oscilaron entre 150 y 300 dólares… Con ‘La hoguera de las vanidades’ las cosas cambiaron, dentro de un orden: 25.000 dólares. Rápidamente recuperados, por otra parte: la de Anagrama fue, con mucho, la traducción que mayor éxito tuvo en el mundo mundial.

Con vino blanco

Conocí a Tom Wolfe en agosto del 88 en un viaje por Estados Unidos; su familia estaba de vacaciones, pero él regresó a Manhattan para recibirnos. Nos abrió la puerta el propio autor, con su uniforme de Tom Wolfe, nos sirvió vino blanco, nos habló de literatura, de su pasión por Zola y su desprecio por los novelistas hipercerebrales y anémicos, de lo mucho que le habían gustado nuestras ediciones y de lo que apreciaba nuestra fidelidad (aparte de la norteamericana Farrar, Straus and Giroux, Anagrama era la editorial con mayor número de títulos de Tom Wolfe en su catálogo). En resumen, nos atendió con la elegancia que se le supone a un caballero sureño.

Después de que nuestros destinos se alejaron, para decirlo en forma de bolero, pero sin embargo ‘sans rancune’, mi consejo para cualquier lector es que abra cualquier libro de Tom Wolfe por cualquier página al azar y empiece la travesía. Talento a raudales y diversión garantizada.

Este artículo apareció en diciembre del 2002 en el suplemento Libros de El Periódico de Catalunya. Por entonces, Tom Wolfe había abandonado Anagrama por Ediciones B, aunque más tarde regresaría a la editorial que lo dio a conocer con su última novela, 'Bloody Miami'.