CRÓNICA

Maria del Mar Bonet y Martirio, contra los elementos

Ambas cantantes exhibieron su poder interpretativo en el festival Barcelona Poesia en un espectáculo recortado por la lluvia

Martirio, el sábado en la plaza de la Catedral

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Jordi Bianciotto

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Maria del Mar Bonet y Martirio prepararon para el festival Barcelona Poesia sendos repertorios exclusivos, tocados por la sensibilidad literaria, con los que reeditar su larga complicidad. Y aunque, este sábado en la plaza de la Catedral, una y otra pudieron dar muestras de su poder, nos quedamos con la miel en los labios cuando la lluvia que cayó sobre Barcelona forzó la suspensión del espectáculo tras una hora de recorrido.

Una pena, puesto que el diseño de la noche era inédito, con ambas cantantes arropadas tan solo por sus pianistas de confianza. Jesús Lavilla, en el caso de Martirio, suministrando sus dinámicas angulosas en el teclado, con un punto ‘free’, a un temario que comenzó a andar citando a Lorca en su ‘Romance de la rosa’. La onubense,  “diosa de la canción”, como la presentó el poeta Juan Cobos Wilkins, interpretó en ese estadio en el que no hay frivolidad ni tragedia impostada, sino sensación de entendimiento con la vida misma.

“La poesía es pan para el alma”, subrayó antes de abordar, siguiendo con Lorca, ‘Gacela del amor imprevisto’, y rematando la última estrofa (“… la sangre de tus venas en mi boca / tu boca ya sin luz para mi muerte”) tapándose teatralmente los ojos con las manos. Una canción esta que grabó en su disco a medias con el pianista cubano José María Vitier ‘El aire que te rodea’ (2011), del que salió también ‘Epigrama’, a partir del poema del nicaragüense Ernesto Cardenal. Una cita a Rubén Darío, ‘El amor pasajero’, completó el recorrido poético, ya que, como los nubarrones presagiaban lo peor, la pareja recortó repertorio y acudió a ‘María la portuguesa’, de Carlos Cano, y el tango ‘Volver’, salpicado ya por una inquietante llovizna.

Estrofas para valientes

Salió Sebastià Alzamora, recitando ‘Un poema indecent’ y dando paso a Maria del Mar Bonet y su pianista, Dani Espasa. Solo pudieron interpretar tres canciones, aunque llenas de intensidad y de intención. “Sou valents, eh?”, saludó la cantante al público, que se protegía como podía de la lluvia creciente compartiendo paraguas. Brava, ella, imponiéndose con una enérgica versión de ‘La Balanguera’ que arrancó el canto del público al grito de “més fort!”.

Una canción que ella siempre ha sentido como un himno de los Països Catalans y que sintonizó con el duelo de ‘Ronda amb fantasmes’ (texto de su querido Rosselló-Pòrcel), en la que sacó fuerzas de flaqueza, desafiando a los elementos con ese marco de la Catedral como sugerente fondo gótico en una interpretación imponente que dedicó “a los políticos que están en la cárcel y en el exilio”. Advertida del riesgo de seguir adelante, con tanta electricidad de por medio, cerró con ‘Què volen aquesta gent?’, no con la guitarra, desajustada por el agua que lo empapaba todo, sino con el piano de Espasa, una versión sin precedentes para sellar una noche accidentada pero vibrante.