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Muere Ermanno Olmi, director de 'El árbol de los zuecos'

El director italiano, de 86 años, obtuvo la Palma de Oro por este filme y fue uno de los nombres más importantes del cine italiano de los años 70 y 80

Ermanno Olmi, fotografiado en Venecia en el año 2011

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Quim Casas

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Es curioso como una sola película puede cambiar la carrera de un cineasta. Ermanno Olmi, director italiano fallecido ayer a los 86 años tras una larga enfermedad, había filmado nueve largometrajes desde su debut en 1959, con Il tempo si e fermato, hasta La circostanza, realizada en 1973. Pocos le prestaban mucho interés fuera de su país. En España, solo dos de estas nueve películas habían tenido estreno comercial, El empleo (1961) y Un cierto día (1968).

De repente apareció como un huracán su décimo filme, El árbol de los zuecos (1978). Quizá no sea el mejor, pero arrasó con todo: Palma de Oro en Cannes, Premio David de Donatello al mejor filme en los galardones anuales de Italia, Premio César francés a la mejor película extranjera y Premio del Círculo de críticos de Nueva York, entre otras recompensas.

De no ser nadie para el gran público, Olmi se convirtió en una de las presencias más importantes del cine italiano. Rivalizando con sus compañeros de generación, Bernardo Bertolucci y Pier Paolo Pasolini entre los más adulados por la crítica y la cinefilia de entonces, Olmi siempre parecía estar uno o dos pasos atrás. Pero El árbol de los zuecos, relato de ficción planteado con acento documental en torno a los campesinos de Bérgamo entre finales del siglo XIX e inicios del siguiente, lo aupó a lo más alto en un momento en que el cine italiano volvía a contar en el concierto cinematográfico europeo: un año antes, Padre patrón de los hermanos Taviani también había logrado la Palma de Oro de Cannes, y Novecento, de Bertolucci, se había convertido en la gran producción del cine de autor de la época.

Cine y televisión

Nacido en Bérgamo en 1931, Olmi empezó pronto en el cine: a los 25 años ya había dirigido una veintena de cortometrajes. El empleo, impregnada de un tardo-neorrealismo, dio las pautas de lo que sería su trayectoria desde entonces, volcada tanto en la realización de películas como en la enseñanza de cine en diversos centros. Tras el éxito de El árbol de los zuecos siguió alternando el cine con la televisión, el medio en el que pudo desarrollar de manera más precisa su estilo realista. La leyenda del santo bebedor (1988) rubricaría ese estilo y una postura irreductible ante el hecho cinematográfico.

Adaptación de una novela de Joseph Roth, protagonizada por Rutger Hauer, la película filma casi en duermevela el día a día de un vagabundo alcoholizado bajo los puentes de París que inicia un curioso peregrinaje religioso tras recibir una particular ofrenda de 200 francos.

En sus últimos años, Olmi continuó fiel a su estilo en películas como El oficio de las armas (2001), ambientada en la Italia del siglo XVI, y Cien clavos (2007), donde narra la ruptura de un profesor de Filosofía con su estilo intelectual de vida. Su último filme de ficción fue Torneranno i prati (2014), cuya acción transcurre en una sola noche en el frente bélico italiano, durante la primera guerra mundial; y su último documental es Vedete, sono uno di voi (2017), acerca de Carlo Maria Martini, quien fuera arzobispo de Milán.