D'A FILM FESTIVAL

'Quiero lo eterno', una sacudida generacional

Miguel Ángel Blanca, líder del grupo pop Manos De Topo, presenta un perturbador retrato posmilenial con componentes de ciencia ficción

Miguel Ángel Blanca, director de 'Quiero lo eterno'.

Miguel Ángel Blanca, director de 'Quiero lo eterno'. / .43110815

Juan Manuel Freire

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Miguel Ángel Blanca es conocido todavía, sobre todo, un poco a su pesar, como 'el cantante de Manos De Topo', aunque el grupo publicara su último disco hace cuatro años y diera una gira de despedida hace dos; ahora mismo está parado. "Eso significa que igual hicimos algo bien, que caló, pero no sé cómo se las apañan para publicar siempre fotos mías con una guitarra por medio", explica entre orgulloso y resignado.  

En los últimos tiempos, Blanca ha estado más concentrado en las películas, produciendo obras propias y ajenas a través de Boogaloo Films, una compañía primero especializada en publicidad que extendió su campo de acción al documental ('Casa de ningú', 'Hayati') y empieza ahora a tantear la ficción.

'Quiero lo eterno' mezcla de forma singular las dos modalidades –añadiendo 'ciencia' a la ficción– para sacar al espectador del acomodo y trasladarlo a otro estado de conciencia, a un plano diferente, salvaje. De algún modo, Blanca estaba tratando de reproducir las sensaciones que tuvo al acabar por casualidad en un concierto del grupo trap-noise Generación Genética. "Me causó fascinación. Miedo. Y hacía tiempo que algo musical no me removía de algún modo, me sacudía de verdad. ¿Qué hacían esos tipos ahí arriba, lanzando frases de ideología confusa, que si "soy feminista", que si "viva Hitler"?".

Blanca vio en ellos a los mejores, o más excitantes actores posibles para algo que tenía en mente desde hace tiempo: filmar un retrato de "esta generación de jóvenes actuales que recibe 'inputs' sin parar, de diferentes ideologías, y no tiene tiempo para reflexionar o crear un discurso propio". Pasó tiempo con el grupo, se empapó de su visión del mundo, exploró sus hábitos e influencias artísticas… Y los hizo coprotagonistas de un falso documental sobre jóvenes con ansias de destrucción, pero también trascendencia mística, desdoblado en una odisea de ciencia ficción tirando a críptica.

Experiencia sensorial

Entender o no entender queda lejos de ser la cuestión. Quienes acudan a las proyecciones de 'Quiero lo eterno' en el D'A (el lunes, día 30, en Teatre CCCB y el viernes, día 4, en Zumzeig, ¡con concierto de Generación Genética incluido!) deberían ir más decididos a sentir. Entre las referencias clave de Blanca estaba el cine marcadamente sensorial de Philippe Grandrieux: "Las atmósferas que crea, los estados de ánimo… Me fascinan. Yo no lo conocía hasta hace poco. Me lo recomendó mi director de fotografía, Jordi Diaz Fernández, una persona muy importante para esta película".

En algunos momentos, todos los relativos a esos demiurgos que están inventando algo, no se sabe qué, capaz de hacer algo con el mundo, no se sabe qué, es inevitable pensar en 'Primer', de Shane Carruth. Aunque teniendo en cuenta que esos tipos capturan sonidos, igual habría que citar también 'Upstream color', del mismo director. "Son referencias que no ocultamos", dice Blanca. "Porque lo más interesante del cine me parece esa capacidad para chocarte, emocionarte o trasladarte a algo sin que sepas muy bien qué está pasando. Es algo que también está en el Lynch de 'Inland empire'".

Menos le interesa Larry Clark, director de 'Kids', con la que 'Quiero lo eterno' ha sido comparada. "Yo detesto a ese tipo. Creo que es un auténtico pajillero. Simplemente, le gustan los jóvenes y hace películas para estar con ellos. Con quien sí conecto es con Harmony Korine [guionista de 'Kids'], sobre todo por 'Gummo', en la que creó a un grupo de adolescentes con universo propio. Esa película es perfecta".

Otra recomendación para hoy

La cita cinéfila clave para el lunes, día 30, es la proyección de 'The green room' más el corto 'Accidence' (Aribau Club 1, 20.30 h.), dos reinvenciones de Hitchcock por Guy Maddin Evan y Galen Johnson. La primera, en particular, es histórica: 'Vértigo' reconstruida/evocada a partir de otros materiales filmados en el Área de la Bahía de San Francisco a lo largo de los años, de clásicos del cine a algún vídeo de *NSYNC, pasando por múltiples teleseries. Maddin y amigos se permiten desdramatizar algunos momentos, como el presunto intento de suicidio de Madeleine en Fort Point. Pura diversión posmoderna.

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