tú y yo somos tres

En socorro de los autores que no firman

ferran Monegal

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Nada hay más conmovedor en un Sant Jordi que ver a un humilde escritor sentado, solitario y huérfano, esperando ansiosamente que aparezca algún lector que le solicite la firma de su libro, mientras en la parada de al lado otro escritor no da abasto, y no para de firmar ante una cola inmensa de clientes que le solicitan la rúbrica. ¡Ahh! Esta competición sobre la marcha es tremendamente injusta. Por eso aplaudo la iniciativa del reportero Santi Villas (<i>El intermedio</i>, La Sexta). Ha viajado a Barcelona, y en lugar de seguir la ola de los escritores que más firman, que más venden, que más negocio realizan, se ha dedicado a visitar a aquellos taciturnos y desangelados que van matando las horas en la soledad más absoluta. Se ha detenido en la caseta del autor Miquel Esteve, virtuoso escritor que presentaba la novela No deixis mai de mirar el cel. Le preguntó: «¿Cuántos has firmado?». Contestó: «Cinco o seis. Tres de ellos, a amigos». ¡Ahh! Qué heroica actitud. Y entonces Villas, viendo que en otra caseta había una cola inmensa, todos con un libro del gran <b>Ibáñez</b>, le pidió a una señora si no le importaría que se lo firmase Esteve.Y efectivamente, se produjo la hermosa maravilla: Esteve acabó firmando las aventuras de Mortadelo y Filemón. Hombre, dado que en Sant Jordi se ha implantado el ¿firmas o no firmas? como gran aval de prestigio, me parece que ese genial intercambio de firmas es un camino que debe instituirse. Los lectores no protestaríamos. Hoy el libro firmado tiene una consistencia más evanescente que un selfie. Recuerdo que años atrás presencié otra maravilla: un mediático, una de esas criaturas que la gente reconoce enseguida por salir en la tele, se sentó en una caseta y, en lugar de firmar libros, una larga ristra de adolescentes excitados le pedían que les estampase su firma en las tetas, en el culo..., hasta en los calcetines.

LOS VIUDOS, Y LOS SEPARADOS, CONSUMEN MÁS INFORMATIVOS .- Interesante estudio de la Consultoría Barlovento. Analizados los programas informativos de todo el telehipódromo nacional, durante el primer trimestre del 2018, se constata que los más vistos son El tiempo y <i>El Sorteo de la ONCE</i>, de La 1. El target existencial de la audiencia más adicta también es curiosísimo: las personas que más informativos consumen son las separadas y las viudas.