LA FIESTA DE LA ROSA Y EL LIBRO

Sant Jordi, como siempre

Elena Hevia

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Los lunes al sol. Y al calor de Sant Jordi, las calles de Barcelona se han vuelto a llenar como siempre. Por la mañana –no hay que olvidar el día laborable- se podía pasear con una cierta tranquilidad entre los puestos, a excepción de algún cuello de botella frente a firmas puntuales y ya bien entrada la tarde en los aledaños de Rambla de Catalunya y Paseo de Gracia las calles se colapsaron, gracias a los rezagados en las compras de última hora, lo que ya forma parte de la tradición. El corte de la circulación de la calle Consell de Cent  facilitó muchísimo el paseo pero no solucionó el agobio. Y es que si no hay colapso no hay Sant Jordi.  Así que los libreros lo confirman, a falta de las cifras concretas que se sabrán el próximo viernes porque los puestos no están informatizados y esas ventas no pasan por caja, la cosa tiene todos los visos de cómo mínimo igualar las ventas del pasado año. Así lo considera Marià Marin, secretario técnico del Gremi de Llibreters: “Las dos últimas ediciones fueron muy buenas pese a ser días festivos y quizá se deba a que cambiamos la estrategia de comunicación. Este año tenemos el viento mucho más a favor y la sensación es va a ser un Sant Jordi excelente”.

Tampoco es definitiva, es sabido, la lista de los más vendidos realizada a pie de calle ya que el próximo viernes alguno puede caerse del podio o bien subir algunos enteros. No hay excesivas sorpresas, la historia del empresario de la industria del vino, el catalán Jean Leon, 'La força d’un destí', de Martí Gironell encabeza la ficción en catalán y la superventas María Dueñas con su historia, también estadounidense, 'Las hijas del Capitán' es, de momento, la más vendida en la ficción castellana. Respecto a la no ficción en catalán, tampoco hay sorpresas, ‘Operació urnes’ de Xavier Tedó y Vicens Estaran y en castellano, ‘Las almas de Brandon’, los poemas –esos poemas que cautivan a los que normalmente no suelen leen poemas- con los que el guineano César Brandon ganó el concurso ‘Got Talent’.

El director comercial de Penguim Random Hous, Patxi Beascoa, relativiza las cifras, sean estas las que sean (el año pasado se llegó a una facturación de 20,80 millones de euros), y ofrece un dato signficativo “el porcentaje de los libros más vendidos es bajísimo en relación a lo que se vende en total y eso es algo muy bueno porque le ofrece oportunidades al resto”. Más un dato que no gustará a los amantes de las novedades: es que durante todo el año, pero también en Sant Jordi, no hay que olvidarlo, un 40% de lo que se vende son libros  de fondo, en especial de bolsillo. Así que, sostiene, los titulares en los que tal o cual es el vencedor o la vencedora de la jornada son siempre un sesgados. “Por suerte no hay un San Jordi sino muchos. Hay cabida para el que  quiera mantener el espíritu literario y para aquel que quiera comprar el libro del último mediático", dice.

Ester lunes entre el bullicio, dos momentos significativos ilustraban a la perfección esa disparidad de criterios. El argentino César Aira, uno de los grandes y más excéntricos escritores en castellano, apenas estampó una firma. No se lo tomó a mal, incluso le divertía la situación cuando se le preguntaba si además de la primera vez como autor en Sant Jordi también iba a ser la última. Cómo buen argentino, el tumulto no le vino de nuevas, en la Feria del Libro de Buenos Aires se montan tanganas superiores y ahí también los autores ‘serios’ tienen que compartir espacio con los youtubers.

Sin Beta Coqueta

La otra imagen es la de una lectora adolescente que pese a acudir a la cita con la youtuber Elísabet Benavent, en arte Beta Coqueta, mucho tiempo antes de la firma, se mostró a al borde del colapso al comprobar que ya estaban todos los números repartidos y no podría acercarse a ella. Y es que Benavent ha vendido un millón de ejemplares de su libro ‘Fuimos canciones’ y es la cuarta en la lista, de momento,  de la ficción en castellano.

El próximo viernes, el gremio elaborará una lista única en la que los libros no se clasifican por lenguas o géneros (hace años con la intención separar churras de merinas  se hizo una clasificación de literarios y mediáticos que levantó demasiadas ampollas y acabó muriendo). Quizá el viernes pueda subsanarse el error de situar el libro de César Brandon en el apartado de no ficción. Lo que escribe el guineano puede considerarse poesía o bien narrativa breve y gustar más o menos, pero jamás será no ficción, es decir ensayo.

Y una última reflexión, no muy esperanzadora. Este podrá ser el año del #Metoo, el año de las mujeres, de las reflexiones feministas, pero lo cierto es que de un total de 20 títulos (sin contar los infantiles y juveniles) las escritoras (María Dueñas, Laura Escanes y Elísabet Benavent) solo han tenido una presencia de un 15%, es decir, tres, en el palmarés. Como diría Leticia Dolera –ella lo aplicó muy suelta en los Goya-  también la lista de Sant Jordi sigue siendo “un campo de nabos”.