LA GRAN CITA DEL CINE EN ESPAÑOL

Guillermo del Toro: "Sería indecente atreverme a opinar sobre Catalunya"

El festival de Málaga homenajea al cineasta mexicano, vencedor en los Oscar con 'La forma del agua'

Guillermo del Toro, en Málaga, donde ha recibido un premio a toda su trayectoria.

Guillermo del Toro, en Málaga, donde ha recibido un premio a toda su trayectoria. / REUTERS / JON NAZCA

Olga Pereda

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Nunca como hasta ahora ha sido tan importante el oficio de escribir. Ya sean películas de ficción, documentales o periódicos. Escribir. Guillermo del Toro (Guadalajara, México, 1964) asegura que todas las letras impresas son en la actualidad “tan rápidas y tan desechables” que urge hacerlo de otro modo, “encarrilar la psique” con historias que dejen poso. O que sean emotivas, como 'La forma del agua', el bellísimo cuento sobre una limpiadora muda y un monstruo marino con el que el cineasta mexicano se consagró en los últimos Oscar“Como artista lo más arriesgado es la emoción. Si yo digo que creo en el amor, la gente piensa que soy un gordo ñoño”, se ríe.

"España son muchos países"

Del Toro, que mantiene intacta su alma de niño, cuando era una chaval raro que se evadía de la realidad con tebeos y películas y al que su abuela exorcizó un par de veces porque creía que estaba poseído, acaba de recibir en el festival de Málaga un premio a toda su carrera. Se le ve feliz. Admite que “España son muchos países” pero siente especial predilección por el sur, su gente, su forma de vivir y, básicamente, su comida. Que nadie piense que con lo de “muchos países” Del Toro va a dar rienda suelta a sus opiniones políticas acerca del debate soberanista en Catalunya. “Sería profundamente indecente arriesgarme a dar una opinión de esto”, zanja el creador de 'Cronos', la película que le puso en el mapa cinematográfico en 1993.

Han pasado muchos años, muchas películas (una decena), muchos monstruos y muchos premios, pero recibir el Oscar por 'La forma del agua' (aspiraba a 13 estatuillas y conquistó las de mejor película, dirección, diseño de producción y banda sonora) ha sido un momento clave de su carrera. Por primera vez vio algo en los ojos de su padre, una sonrisa diferente, un orgullo inédito en su rostro. Quizá verle recoger el premio más importante del cine internacional, el padre -que fue secuestrado hace años en México- dejó de pensar que su hijo es un freak adicto a los monstruos, los tebeos, los muñecos, los juguetes y las películas en DVD.

Antes de llegar a Málaga, se paseó por Granada. Visitó la Alhambra, por supuesto. Pero también entró en una tienda para comprar “un montón de pelis”. Recientemente divorciado tras 20 años de matrimonio y dos hijas en común, el autor de 'El laberinto del Fauno' acostumbra a viajar con varias maletas enteras de DVD. Recuerda, emocionado, que hace poco se compró 'Estiu 1993', de Carla Simón, y 'El hombre de las mil caras', de Alberto Rodríguez.

Terquedad y estilo

Rendido admirador de Víctor Erice, amigo personal de Santiago Segura J. A. Bayona (“una verdadera máquina de hacer cine”) y mecenas de nuevos talentos como Guillem Morales ('Los ojos de Julia'), Del Toro dice alto y claro que sigue siendo el mismo tipo coherente de hace 25 años, cuando se profesionalizó en el cine tras dirigir cortos, dar clases en la universidad, crear una compañía de efectos especiales y escribir un libro sobre Alfred Hitchcock. “He llegado donde estoy con coherencia. La terquedad sostenida se convierte en estilo. Qué hermoso”, afirma.

Su charla con la prensa termina con un consejo a los estudiantes de cine: “No te cases con una sola manera de hacer cine. Hay mil maneras de hacer películas y mil maneras de verlas. Si hay alguien que ya está haciendo el filme que tú quieras hacer, déjalo. Pero si ves que nadie lo está haciendo, ve a por ello”.