CITA CON LA HISTORIETA

Matt Fraction: "He hecho el tebeo sobre sexo menos sexi que existe"

Hablamos con el multipremiado guionista de 'Sex criminals', una atrevida serie de cómic sobre sexo y amor que pronto será teleserie

Matt Fraction, fotografiado en el Salón del Cómic

Matt Fraction, fotografiado en el Salón del Cómic / periodico

Juan Manuel Freire

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Hay un hombre que ha ganado todos los premios que se pueden ganar siendo guionista de tebeos: Matt Fraction (Chicago Heights, 1975), renovador de mitologías superheroicas para Marvel ('El Invencible Iron Man', 'El Poderoso Thor', 'Ojo De Halcón') y autor de series propias tan audaces como 'Sex criminals', cuyo segundo volumen recopilatorio acaba de lanzar aquí Astiberri. Hablamos con el joven maestro en el Salón del Cómic.

Cuando los protagonistas de 'Sex criminals' llegan al orgasmo, juntos o por separado, el tiempo se detiene. Pero no ellos: ellos pueden caminar y hacer cosas. ¿Son hijos de Evie, la chica de 'De otro mundo'En gran parte, sí. Siempre quise tener ese superpoder de parar el tiempo [dice uniendo los dos dedos índice como Evie]. También me influyó 'La Fermata', la novela de Nicholson Baker sobre un hombre que aprovecha ese mismo poder para tener aventuras sexuales. También fue importante 'American flagg!' de Howard Chaykin, porque nunca había leído un cómic que tratara el sexo como algo raro, denso y emocional.

Quien acuda a 'Sex criminals' buscando excitación sexual, quizá quede decepcionado. Desde luego, es el tebeo sobre sexo menos sexi que existe. Es gente desnuda haciendo cosas nada sexis.

Pero quien busque excitación formal, quedará muy satisfecho. ¿Cómo es el trabajo con el dibujante Chip Zdarsky? Guion y dibujo parecen aquí tan indivisibles… Mis guiones tienden a lo epistolar. Son casi como cartas. Hice a unos becarios comparar lo escrito y lo publicado finalmente, y solo dos quintas partes del material sobreviven. Chip sabe reducirlo todo a la mejor esencia. El material vuelve a mis manos y es nuevo, es mejor, mucho mejor.

"Me encantó 'The end of the f***ing world'. Pero la mejor adaptación fílmica de un tebeo siempre será 'Diabolik', de Mario Bava"

'Sex criminals' es una obra metanarrativa, un cómic sobre el propio arte de los cómics. ¿Cómo traducirán ese aspecto al lenguaje televisivo? Porque sigue en marcha el proyecto de serie, ¿verdad? Sigue, sigue. La idea es hacer una serie que trate sobre las series tanto como el cómic trata sobre los cómics. Desde el principio, mis compañeros productores y yo descartamos el estilo de 'Sin City', es decir, no queríamos usar las viñetas para hacer los 'storyboards'. La obra era un punto de partida. Después había que hacerse la pregunta: ¿cómo montamos una serie interesante desde aquí?

Quiero saber más. ¿Ya tiene cadena? Sí.

¿Y reparto? No.

¿Será tan abierta con el sexo como el cómic? Estoy haciendo la serie con gente que quiere ser fiel al material hasta las últimas consecuencias. Y si hay algo que no hemos hecho en 'Sex criminals', es reírnos de nuestros personajes. Por eso ha gustado tanto a tanta gente. Porque no hay juicios morales, no hay vergüenza… La crueldad es algo que nunca me ha interesado.

¿Qué series basadas en tebeos le han gustado últimamente? Me fascina la libertad de 'Legión'. Como en 'Fargo', Noah Hawley intenta cosas, eso como mínimo. Y me encantó 'The end of the f***ing world'. Pero la mejor adaptación fílmica de un tebeo siempre será 'Diabolik', de Mario Bava.

Hablando de series, ¿qué pasó con aquel piloto original que estaba escribiendo con Kelly Sue [DeConnick; su esposa, también guionista del noveno arte]? Era la primera vez que hacíamos algo juntos, dejando a un lado, claro, cuando colaboramos en la creación de nuestros hijos. Producía y escribía con nosotros David S. Goyer (guionista habitual de las películas de DC). Lo pasamos en grande, pero no salió, por las razones que fuese.

¿Cómo es compartir oficio con su mujer? ¿Trabajan juntos? Hace poco hemos empezado a compartir oficina. Antes teníamos despachos distintos, y ahora trabajamos codo con codo, literalmente. Ella me hace preguntas, yo le hago preguntas. Pero al final el acto de escribir es solitario por definición, aunque tengas a alguien pegado a ti.