CRÍTICA DE CINE

'Cariño, yo soy tú': risas sin mucha gracia

El director Bruno Chiche basa su humor tanto en los tópicos más retrógrados sobre los dos sexos como en una puesta en escena propia de 'sitcom'

Nando Salvà

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Aunque quizá una de las peores películas de Blake EdwardsUna rubia muy dudosa (1991) es una obra maestra comparada con el nuevo trabajo del francés Bruno Chiche, que parece haber inspirado en ella la premisa de Cariño, yo soy tú: cuando dos amantes adúlteros despiertan de su última noche juntos, descubren que sus cuerpos han sido intercambiados. Chiche no dota de un mínimo de consistencia a tan implausible escenario, y basa su humor tanto en los clichés más retrógrados sobre los dos sexos como en una puesta en escena propia de sitcom. Entretanto, una insistente música de fondo trata de convencernos de que lo que vemos es graciosísimo. No cuela.