Marc Amorós: "Las fake news están de moda pero no son solo una moda"

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Lucía Blanco

"Las fake news están de moda pero no son solo una moda", advierte el periodista y guionista Marc Amorós, que aborda este fenómeno en su libro "Fake News. La verdad de las noticias falsas" (Plataforma Actual), donde propone una especie de "manual" para construir lectores y periodistas críticos.

En una entrevista con Efe, Amorós define las fake news como "informaciones falsas diseñadas para hacerse pasar por noticias con el objetivo de difundir un engaño o una desinformación deliberada", todo ello escondiendo unos intereses políticos o económicos.

Si bien el término ha sido popularizado en los últimos meses por el presidente Donald Trump y ha sido elegido palabra del año 2017 por los diccionarios Oxford y Collins, las mentiras mediáticas no son un invento de nuestra era, sino que "existen desde que tenemos uso de la palabra y nos relacionamos entre nosotros", explica Amorós.

El periodista hace un repaso histórico del fenómeno, remontándose hasta el conflicto cubano-español de 1898, cuando el magnate de la información William Randolph Hearst culpó a España de la explosión del acorazado norteamericano Maine en el puerto de la Habana, génesis ese mismo verano de la guerra entre España y Estados Unidos que llevó a la pérdida de la colonia.

La diferencia esencial entre el pasado y el presente es, según Amorós, la irrupción de las redes sociales, que permiten propagar y replicar sin fin y en muy poco tiempo un contenido que antes solo llegaba al barrio o a la escalera de vecinos.

El autor explica que "antes, esa información falsa circulaba de manera muy compartimentada, dentro de un núcleo de gente muy controlado, pero ahora, con las redes sociales, se magnifica esa comunidad y las fake news tienen un alcance incontrolable".

El impacto es esencial en este sentido: las noticias falsas nos emocionan o nos indignan y por eso nos provocan una "necesidad irrefrenable" de compartirlas rápidamente.

"Una buena noticia falsa es la que refuerza nuestros prejuicios y opiniones", dice Amorós, y destaca el peligro de la polarización y las llamadas "burbujas de opinión", que las redes fomentan y favorecen: "nos rodeamos de gente que piensa como nosotros porque en el fondo no queremos cambiar de opinión", subraya.

En el nuevo libro del periodista nadie se salva del llamamiento a la responsabilidad, empezando por los poderes políticos que "siempre han tenido voluntad de controlar el mensaje que se difunde" y que, actualmente, han extendido la propaganda fuera de sus propias fronteras.

Amorós se pregunta dónde ha estado el periodismo durante estos años y conecta la pérdida de rigor con la crisis estructural que se ha desatado en la profesión tras la entrada en la era digital.

Entre los males del periodismo, se cuentan, según el autor, la escasez de medios, la inmediatez, la competencia feroz y la dictadura del clic.

"Antes, los medios eran los principales emisores de información, pero ahora sufren un cambio de paradigma porque, con las redes sociales, cualquiera puede ser un medio de comunicación por sí mismo", explica el autor.

Preguntado por el llamado "periodismo ciudadano", que ha resultado tan relevante en ocasiones, como las Primaveras Árabes, pero tan dañino en otras, Amorós reconoce que "está muy bien si lo entendemos como una herramienta para dar voz a personas que normalmente no entran en el circuito informativo", pero advierte de que "la intención de quien comparte información no siempre es buena".

A pesar de todo, el periodista arroja también un poco de luz sobre el futuro de las fake news y aboga por "recuperar la esencia del periodismo romántico, tradicional, el que intenta construir un relato ecuánime de lo que pasa, más allá de las declaraciones".