CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Paradox': el caos reina

La película experimental dirigida por Daryl Hannah y protagonizada por Neil Young solo satisfará a incondicionales del músico

Neil Young, en un fotograma de 'Paradox'

Neil Young, en un fotograma de 'Paradox' / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La relación de Neil Young con el cine es estrecha y, de hecho, el rocker canadiense tuvo trayectoria paralela como director bajo el alias Bernard Shakey. Cuando han sido otros los encargados de retratarle, ha tenido por lo general buena suerte: Jim Jarmusch filmó la gira de Crazy Horse de 1996 en 'Year of the horse', y el añorado Jonathan Demme capturó a Young en una trilogía de grandes películas de concierto. 

'Paradox' se parece menos a los filmes de Jarmusch o Demme que a los bastante destartalados de Shakey, aunque en este caso los escasos valores de producción hacen demasiada mella en el producto final. Su directora, la más conocida como actriz Daryl Hannah, ha llegado a decir de ella que ni siquiera es una "verdadera película", equiparándola con razón a un vídeo casero. 

Solo los más obsesivos fans del autor de 'Harvest moon' podrán superar los largos 73 minutos de 'Paradox' sin revolverse un poco el sofá. El breve asomo de argumento es apenas comprensible: en el futuro, los hombres y mujeres viven de forma paralela, ellas cosechando comida (con semillas no modificadas genéticamente, como gusta a la activista Hannah) y ellos buscando vieja tecnología que poder canjear por alimento.

En este marco fantasioso se desarrolla una acción muy espontánea, con diálogos improvisados y situaciones solo divertidas para el grupo de actores aficionados liderado por Young y su banda Promise Of The Real, que incluye a Micah y Lukas Nelson, hijos de la leyenda country Willie Nelson (con cameo en el filme). Hannah no es adepta del trípode y en el montaje se pasa aleatoriamente de imágenes en 16 mm a otras de frío tacto digital. El caos reina. Lo que se anuncia como "poema ruidoso" es sobre todo mal viaje.

A medio camino, la música se vuelve protagonista y el experimento toma cierto vuelo, pero incluso entonces Hannah abraza decisiones creativas cuando menos dudosas: esa imagen (imborrable por motivos equivocados) de Young enmarcado en la luna llena de California.