CRÓNICA

Martha Reeves & The Vandellas, bailando con la leyenda

El recompuesto grupo de Detroit revivió sus hitos en el Black Music Festival, de Girona, y conectó con el público más allá de ciertas deficiencias vocales

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zentauroepp42558627 girona giron s 17 03 2018 cultura black music festival 180318143741 / ICONNA / GLORIA SÁNCHEZ

Jordi Bianciotto

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Las ganas de reencontrarte con unas canciones que hicieron historia, envueltas en el aura de las versiones originales, pueden ser un poderoso combustible: este sábado empujaron a 1.200 personas a emprender sus pasos hacia el Auditori de Girona para retroceder hasta la etapa dorada de Motown de la mano de las recompuestas Martha Reeves & The Vandellas. Una buena ración de mitología pop servida por el Black Music Festival en su 17ª edición.

Y bien, las canciones estuvieron ahí, pero no tanto aquella voz frondosa y salvaje que rivalizó en su día con la dulzura de Diana Ross para imprimir carácter al sonido de Detroit. Ya fuera por el principio del desgaste de los materiales o por la erosión a de esos dos años de gira que, señaló Reeves, concluyeron precisamente en Girona, su garganta no estuvo en las condiciones más álgidas, con más grito que canto en ciertas ocasiones y algunos irritantes tonos agudos. Pero cuando tienes una canción idealizada en la cabeza es posible que pases por alto deficiencias técnicas y no permitas que nadie te hunda la fiesta. Y para el público se trataba de disfrutar, bailar y celebrar el reencuentro con trofeos como ‘I’m ready for love’ y ‘Nowhere to run’, que sonaron ya en el primer tramo del concierto, estrenado con los tonos góspel de ‘Holy highway’.

Luciendo galones

Las perlas de autores como el prodigioso trío Holland, Dozier & Holland, en manos de una banda funcional de ocho integrantes, cuatro de ellos metales, y revividas por una Martha Reeves habladora, esforzada y orgullosa de su pasado, que en esta nueva versión de la banda cuenta con sus hermanas Sandra (más conocida como Lois y que fue ‘vandella’ entre 1967 y 1972) y la más joven, Delphine, incorporada con la resurrección del trío en el 2010. Martha, de 76 años, recordó a “chicos fantásticos” como Marvin Gaye, de quien rescató un ‘What’s goin’ on’ con poca fibra, y lució galones al recordar hitos como ‘Jimmy Mack’ y un ‘(Love is like a) Heat wave’ arrollador pese a todo, que, como apuntó, dio a Motown, en 1964, su primera nominación a los Grammy.

Una pieza más envolvente y emotiva, sustentada en el piano, ‘No one there’, del último álbum con The Vandellas, ‘Black magic’ (1972), le permitió no forzar tanto la voz, y abrió un punto y aparte al presentar ‘Dancing in the street’, cuando enumeró a algunos de los artistas que la han interpretado a lo largo de los años. “Bruce ‘the Boss’ Springsteen, Neil Diamond, Michael McDonald, Dusty Springfield, Jerry García con The Grateful Dead, Carpenters… ¡Pero yo fui la primera!”, recordó (sin mencionar la popular toma de Jagger y Bowie, por cierto). Confusiones geográficas: en un par de momentos saludó al público de Girona con un “thank you, Barcelona” que no levantó protestas.

Un ‘medley’ con cita a ‘Knock on wood’ y el reggae ‘Many rivers to cross’, de Jimmy Cliff, con voz engolada, encauzaron el tramo final hasta la despedida con ‘Higher and higher’. Tratando de llevar más y más arriba a un público volcado ante esa voluntariosa Martha Reeves. O, quizá, ante el reflejo de su leyenda.

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