artículo en el semanario

'The Economist', sobre la censura en España: "Los últimos incidentes confirman una tendencia preocupante"

El semanario británico afirma que los jueces "profundamente conservadores" están "dañando la imagen de la democracia española en un momento delicado"

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"Si usted quiere darle publicidad a una obra de arte, censúrela". Ásí empieza un artículo publicado en el número publicado este jueves del semanario británico de información económica 'The Economist' sobre la censura de la obra de Santiago Sierra (al que califan de "provocador profesional")  sobre presos políticos -en la que se incluía a Junqueras y los 'Jordis'- en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO).  Titulado 'Why Spanish courts censor art, speech and rap lyrics' (Por qué los tribunales españoles censuran el arte, el discurso y las letras del rap), la revista explica que, el caso de ARCO "coincidió con otros dos actos de intolerancia", en referencia a la condena del rapero mallorquín Valtònyc Valtònyc y la orden judicial de retirar el libro 'Fariña', de Nacho Carretero'Fariña'.

"Estos incidentes confirman una tendencia preocupante", afirma el artículo. El semanario explica también que los tribunales españoles condenaron a más de 50 personas por delitos de odio o enaltecimiento del terrorismo. Muchos de ellos, explica la revista, en relación a ETA, un grupo sin violencia desde el 2011 y que se está disolviendo. Según el artículo, "ninguna de estas decisiones legales fue tomada por el gobierno del PP" pero muestra que hay jueces "profundamente conservadores". "Están dañando la imagen de la democracia española en un momento delicado", añaden.

El artículo de 'The Economist' explica la situación de los líderes independentistas encarcelados. Y dice: "Los separatistas violaron deliberadamente la Constitución y la ley. Los políticos españoles señalan que los separatistas se enfrentan a cargos por sus acciones, no por sus creencias, y por lo tanto, contrariamente a lo que sostiene el señor Sierra, no son "presos políticos". El mismo medio asegura que "podrían haber sido procesador en cualquier lugar de Europa" y que "grupos pro derechos humanos les preocupa que la prolongada prisión preventiva sea desproporcionada".

El artículo termina recordando que Santiago Sierra ha vendido la obra por 80.000 euros y que será expuesta en Lleida.