Pep Gimeno 'Botifarra'. "No soy especial, soy espacial"

Pep Gimeno ‘Botifarra’ (Xàtiva, 1960) lleva desde su adolescencia sirviendo al canto tradicional valenciano con su voz poderosa, que mueve multitudes. Estos días mostrará dos facetas de su arte en sendos conciertos: este viernes, en el teatro Joventut, de L’Hospitalet, acompañado del pianista Pau Chàfer y de otros cinco músicos, dentro de Barnasants, y el próximo jueves, 22 de febrero, en el CAT, en un mano a mano con Miquel Gil programado por Tradicionàrius.

Pau Chàfer es el hijo de Vicent Chàfer, del grupo folk Sarau, que le acogió a usted allá en los 80. Sí, Vicent es mi maestro. Él hacía los arreglos de los cantos de la gente mayor que recogíamos: de la tía Rosario, la tía Leonor, el tío Vicent el Moreno… A Pau le recuerdo siendo un crío cuando venía a vernos. Hace unos cuatro años, Vicent me llamó: “a mi hijo le gustaría hacer algo contigo”. Y como es un gran pianista, fue un placer. Él sugirió el título del disco: ‘A un home que ve del poble, ningú fa abaixar la cara’.

Extraído del clásico ‘Tio Canya’, de Al Tall. ¿Qué representa esa canción para usted? ¡Hombre! Representa la voz de mi pueblo. Al Tall ya no están activos, pero le pedí al gran Vicent Torrent que participara en la grabación.

¿De dónde salen las otras canciones del disco? Todo es canto popular, como el ‘Bolero de Guadassuar’, la ‘Petenera de Xàtiva’, los ‘cants de batre’… Y yo quería que hubiera un recuerdo a un gran cantaor, Carlos Cano, que sacó la copla del atolladero. Interpretamos las ‘Habaneras de Cádiz’, aunque en mi castellano… Pero más hace el que quiere que el que puede.

¿Cómo cree que encaja ese repertorio y su canto con el piano de Chàfer? Es algo nuevo para mí, que soy un ‘cantaurico’ que ha ido dando bailes toda su vida, y se ve ahora con un piano de cola espectacular. Pau es un ‘crack’ y sus arreglos son muy chulos.

"Soy un ‘cantaurico’ que ha ido dando bailes toda su vida, y se ve ahora con un piano de cola espectacular"

En Tradicionàrius presentará ‘Nus’ con Miquel Gil, un recital que llevan tiempo haciendo sin llegar a grabarlo. Ni creo que lo hagamos, porque es más para ver en directo que para escuchar en disco. Miquel sabe más que una rata de iglesia de las canciones populares y va contando cosas, y yo voy de payasete y nos reímos. Tocamos todos los palos valencianos. Miquel es para quitarse el sombrero. Cuando grabé mi primer disco, ‘Si em pose a cantar cançons’ (2006), me dijo: “esto tiene miga, gustará”. Yo creo que es un poco brujo.

¿Por qué tardó tanto en grabar un disco por su cuenta? Porque nunca me lo había creído. Mi amigo Emili Vera, guitarrista, siempre me decía: “Pepe, tienes que hacer un disco”, y yo me burlaba. Si no hubiese insistido tanto no lo habría grabado. Yo soy así. No soy especial, soy espacial, que es diferente.

Pero siempre ha tenido trabajo como cantaor profesional. Yo no soy profesional, hijo mío. Soy cerrajero de toda la vida y entré en el ayuntamiento de Xàtiva. Ahora, después del cambio, estoy en el archivo municipal, en memoria histórica. Y lo que he hecho siempre, grabar a la gente mayor, ahora lo hago por las mañanas y encima me pagan. ¡Muy fuerte! Y estamos digitalizando las más de 200 cassettes que tengo grabadas. Porque esto es del pueblo y se tiene que quedar en el pueblo.

¡Es el Alan Lomax valenciano! Es eso, pero en pequeño. Él cuando vino, en los años 50, estuvo por toda la península.

No hace mucho fue usted noticia por un intento de veto de un diputado del PP. Sí, en Torrevella. Dijo que yo adoctrinaba a los niños y que soy catalanista. Pero, bueno, es lo de siempre. Yo tengo la conciencia tranquila.

Y las cosas han cambiado. Un poco sí. Ya sería hora. Poco a poco. La radio pública valenciana ya está en marcha. Al menos se vuelve a oír nuestra lengua, que es lo principal.