CITA CON LA NOVELA POLICIACA

El triángulo criminal de BCNegra: Manchette, Ripley y 'Arte salvaje'

La edición rendirá homenaje a Jean-Patrick Manchette, Tom Ripley y la biografía de Jim Thompson, 'Arte salvaje' de Robert Polito

Matt Damon en la película El talento de Mr. Ripley', personaje que homenajea BCNegra

Matt Damon en la película El talento de Mr. Ripley', personaje que homenajea BCNegra / periodico

Elena Hevia

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La edición número 13 -cifra nada banal- de BCNegra abre sus puertas a partir de este lunes. Habrá muchas novedades de fondo y un respeto a la tradición y las  formas, como en cualquier buena novela policiaca que se precie. Después de que Paco Camarasa entregara su placa de comisario, y con Carlos Zanón recogiendo el envite, la renovación viene por un homenaje tripartito a un autor, en este caso el malogrado Jean-Patrick Manchette; un personaje, y nadie con más personalidad que Tom Ripley, el alter-ego de la perversa Patricia Highsmith, y la biografia ‘Arte Salvaje’, de Robert Polito, que explora en la poco conocida vida del tremendo Jim Thompson. Una excelente mala compañía para los adictos al genero. 

EL AUTOR Jean-Patrick Manchette

Jean-Patrick Manchette  Poco antes de que un cáncer de pulmón se lo llevara por delante a los 53 años, Jean-Patrick Manchette, ya enfermo, le pidió a su mujer que le trajera –cita textual- sus píldoras contra la locura y contra la muerte. “Y ya qué estás ahí, también mis cigarrillos”, añadió. Es el estilo inconfundible directo, negro y un punto salvaje del que está considerado uno de los grandes renovadores de la novela policiaca francesa, que en el momento en el que apareció la primera de sus 12 novelas, 'Dejad que los cadáveres se bronceen', en 1971, languidecía recordando las viejas glorias de Simenon o de Leo Malet.

Aprendió inglés gracias a una abuela escocesa. El padre del 'neo-polar', que llegó a la literatura a través de la escritura del guion del cine y la traducción, solía decir que era mejor traductor que escritor y mejor escritor que guionista. Era el mayo francés, pero Manchette iba siempre un paso más allá. Sus novelas recogían la carga social de las de Hammett y exploraban la realidad, con espíritu batallador. Él mismo fue un activista contra la guerra de Argelia, un decepcionado de los grupos de extrema izquierda hasta que abrazó el situacionismo de Debord. De ahí que las adaptaciones al cine de sus obras -incluidas la que Chabrol hizo de la novela 'Nada'- le disgustaran porque se inscribían en la sociedad del espectáculo que tanto odiaba.

Hay mucha sangre y mucha violencia en Manchette, pero también una actitud ética inquebrantable. Y todo ello servido con una enorme economía de medios. Hoy muchas de las novelas que escribió prácticamente encadenado a su máquina de escribir son difíciles de encontrar en castellano. Tampoco es fácil hacerse con 'Cuerpo a tierra', el guion del cómic que hizo para Tardi. En Francia es una leyenda. Aquí merece descubrirse.

EL PERSONAJETom Ripley

Tom Ripley Aunque no nos guste reconocerlo, todos comprendemos al escurridizo, mentiroso, falsificador Tom Ripley, el famoso personaje de Patricia Highsmith, porque todos en un momento u otro hemos sentido el síndrome del farsante, ese estar ocupando un lugar que quizá no nos pertenezca. De ahí que a lo largo de cinco novelas -'El talento de Mr. Ripley', 'La máscara de Ripley', 'El amigo americano', 'Tras los pasos de Ripley' y 'Ripley en peligro'-, el lector desea que, por mucho que ese antihéroe sea un asesino, se salga con la suya. A Highsmith no le gustaba la gente, y sabía bien lo que significaba ocultarse y ser rechazada. Por eso trasladó a su héroe esa inquietud.

A Ripley le hemos visto crecer a lo largo de la saga. En la primera novela es un joven provinciano deseoso de vivir otra vida, que se construye a golpe de asesinato e impostura; a medida que avanzan las novelas, se muestra cada vez más seguro de sí mismo, menos Ripley. Él es el deseo de llegar a ser. "Tom Ripley es mi venganza contra los privilegiados", decía su creadora.

Lo hemos conocido a través de muchos rostros. En 'A pleno sol', la película de René Clement, fue Alain Delon, lo que hizo exclamar a un crítico: "¿Para qué narices alguien quiere ser otro si tiene la cara de Alain Delon?", y también fue Matt Damon en una versión reciente de  la misma novela ('El talento de Mr. Ripley'). Sin tanto glamur, calzó las botas de Dennis Hopper en 'El amigo americano' de Wim Wenders, y, más tarde, en un olvidable 'remake', las de un inquietante John Malkovich. Sus 'hazañas' están al alcance de todos en Anagrama.

EL LIBRO'Arte salvaje', de Robert Polito

'Arte salvaje', de Robert Polito

Pie de foto

Jim Thompson es uno de los grandes de la novela negra y el eslabón imprescindible entre los clásicos Hammett y Chandler y una modernidad por la que circularán autores como James Ellroy. Sin Thompson no habría Ellroy. Hay diversas biografías del autor pero la que se lleva la palma es 'Arte salvaje', de Robert Polito, escrita en 1995 y publicado aquí por Es Pop en una edición que está agotada (y, de momento, no hay visos de que regrese).

Thompson, cuenta Polito, cambió el foco del investigador al asesino y, ya enfocado, aplicó el microscopio ahondando fríamente en la personalidad psicótica. En solo 18 meses, Thompson, escribió a ritmo frenético una primera tanda de novelas con 'El asesino dentro de mí' en cabeza, a la que siguieron, entre otras, 'Noche salvaje' y 'Una mujer endemoniada'. Su recepción quedó opacada dentro de la corriente 'pulp' pero algunos buenos lectores como Stanley Kubrick supieron apreciarlo. La colaboración como guionista con el peculiar director acabó mal y por suerte para el género, regresó a él para culminar su obra maestra '1280 almas'.

"Leer una novela de Jim Thompson es como estar atrapado en un refugio antibombas con un maníaco parlanchín que además resulta ser el controlador antiaéreo", lanza Polito como clarificadora definición. También encuentra la solución al 'enigma Thompson' en el historial de su padre, Big Thompson, un 'sheriff' corrupto que consiguió hacerse con una pequeña fortuna con la extracción del petróleo para luego dilapidarla. Thompson hijo frecuentó malas compañías pero jamás llegó al crimen. Todas sus novelas son una forma un tanto sádica de matar literariamente a su padre, al que en un relato bautizó como Art Savage. Murió en el olvido, poco después de haber haber aparecido fugazmente como actor en la película 'Adiós, muñeca' y de decidir dejar de comer. Al funeral del escritor acudió muy poca gente, pero, como confesó a su esposa, él sabía que escribía para el futuro. RBA ha recuperado sus títulos más destacados.