CRÓNICA

PAWN Gang, en broma pero en serio

La banda barcelonesa de trap compartió con sus fans en Sidecar su arsenal de hitos virales

Concierto del grupo PAWN Gang.

Concierto del grupo PAWN Gang. / periodico

Jordi Bianciotto

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Paisaje humano distinto, este sábado en Sidecar: diecisieteaños en chándal, cadenas doradas, escotazos. Actúa PAWN Gang, uno de los primeros grupos de por aquí que se puso en la boca la palabra trap, ese género musical, ese mundo, que ha colocado al rock y el pop de guitarras a la altura cronológica de los trovadores provenzales y que hace sentirse viejo no solo a los de 50, o a los de 40, sino a los de 28. PAWN Gang tiene otra peculiaridad: elabora su lírica de barrio en catalán y no se priva de trinchar el diccionario del IEC. ¡Qué menos!

PAWN Gang ha publicado su primer disco físico, ‘Pretty ass white niggas’, con 10 canciones que se suman a las decenas de piezas ya divulgadas en la red, algunas de modo masivo, y que el grupo recorrió en Sidecar causando furor. Un ‘dj’ suministrando bases más bien minimalistas y seis voces ensamblando sus voces en esas líneas melódicas repetitivas y adictivas, deformadas en la penúltima sílaba con el ‘auto-tune’ y portadoras de toda una filosofía: el barrio, las drogas, el sexo y cierto cultivo de la fanfarronada. PAWN Gang tiene “moltes drogues en estoc” y se jacta da su celebridad: “Tots els meus ‘nais’ (nois) són famosos / sortim al carrer i fan fotos”. Lenguaje con palabras escritas del revés o propias de una jerga privada: la ‘clicka’ son los colegas y la ‘blanca’ es la cocaína.

Hijos de Gràcia

Pero PAWN Gang no es un grupo poligonero sino una pandilla de chicos de clase media de Gràcia que ponen en duda aquella idea según la cual “si no has vendido droga, no es trap”. Sea como sea, tienen ingenio, conectan y se intuye un poco de guasa subterránea en torno a los clichés del género, con sus exageraciones y esa atención por soltar la palabra ‘puta’ aquí y allá. En Sidecar, entre sus fans están sus propios padres. Uno de ellos se acerca a esta cronista mientras toma notas. Camiseta de la Stax, cincuenta y tantos. “¿Es periodista? Mire, ¡esto es lo más fuerte que ha salido desde el rock’n’roll!”.

El espectáculo sigue con su batería de ‘hits’ (‘Gunters’, ‘Tu i tu’), jaleándose mutuamente con el público. PAWN Gang puede ponerse chulesco y romántico, “enamorat amb un ‘pivón’ tan ‘heavy’ al meu costat”, incorporar el ritmo del reggaeton y dedicar rimas a las fuerzas del orden, sobre todo en ‘Vui se polisia’. “El meu“ ídol és l’Anglada, personatge pintoresc / plataforma catalana, partit polític de pes”, dice la irónica letra. Entra en escena un colega del ramo, Notorious Dicc, y el repertorio se estira hasta las estrofas de ‘Cac blac’ ‘San Pera Martir’, compartidas a arriba y abajo del escenario y dando un sentido extremo al ‘gang’, la panda de amigos que desafía al ‘establishment’ de la música un poco en broma y bastante en serio.