ENTREVISTA

Moncho: "Nunca me desligaré de la música"

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zentauroepp40889109 icult moncho foto xavier torres bacchetta180102210941 / Xavier Torres-Bacchetta

Jordi Bianciotto

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Ramon Calabuch, Moncho, ha lanzado el que anuncia como su último disco, 'Mis queridos boleros', que grabó antes de perder una cuerda vocal a consecuencia de un problema de salud. Retirado así de los escenarios, el cantante será objeto de un sonado concierto de homenaje el 23 de marzo en el Auditori del Fòrum que contará con su amigo Joan Manuel Serrat y otros muchos artistas por confirmar.

Con 14 años comenzó a cantar boleros, una música que no formaba parte de su ambiente en el barrio de Gràcia. ¿Qué cree que tiene ese género para que le atrajera tanto? Pues me lo he preguntado 40.000 veces y no sé decirlo. Fui a ver una vez a Lorenzo González a la plaza del Diamant, colándome por cierto, y me impactó mucho ver a ese señor mulato, vestido de blanco, cantando aquellos boleros. Luego me encerraba en mi habitación y escuchaba discos de Lucho Gatica horas y horas. Mis padres se preguntaban: "¿De dónde ha salido este niño?".

¿Lo más normal habría sido cantar rumba? ¡Claro, que empezaba a causar furor entonces! Pero a los 15 años entré en un local, el Rigat, en otro concierto de Lorenzo González. En la primera fila había una señora sentada y se quitó las bragas y se las tiró. No es que las llevara preparadas en el bolso, no, no, ¡se las quitó! Y me dije: ¡quiero ser cantante y vivir eso!

¿Y lo vivió? Sí, aunque años después ya no era lo mismo. Ahora que te tiren prendas íntimas ya no llama la atención. Pero en 1955…

A usted, ¿alguien le enseñó a cantar? No, yo fui a un maestro y me aconsejó que me dedicase a otra cosa. "No tienes ni idea". Tiempo después me lo encontré: "Perdona, pero me equivoqué contigo". A los 16 años me saqué el carnet de artista: un señor te hacía cantar una canción y, según cómo iba, decía "¡el siguiente!". A mí me dejó terminar la canción. "Estás aprobado". Conseguí mi primer contrato en la orquesta de Ramón Evaristo, en la plaza del Raspall.

"El bolero hay que interpretarlo, saberlo decir. Estás contando una historia de amor y desamor, identificándote con algo que a ti también te ha ocurrido"

¿Cómo cree que aprendió a imprimir su personalidad en una canción? El bolero hay que interpretarlo, saberlo decir. Estás contando una historia de amor y desamor, identificándote con algo que a ti también te ha ocurrido, porque todos pasamos por el mismo lugar: o dejamos o somos dejados. Hay quien es masoquista y después de que le dejen pone justamente esa canción que se lo recuerda.

Es un mundo muy intenso. Y cansado emocionalmente. Naturalmente que sí. Por eso yo siempre he cantado alguna rumbita, o bolero rumbeado.

¿Desconcertaba a la gente siendo un gitano que cantaba boleros? Sí, eso fue difícil. La gente no creía que un gitano pudiese cantar los boleros como había que hacerlo. Por eso, para mí, el no va más fue que me llamasen para cantar boleros en Cuba. Yo cantaba como los cubanos: jugando con el ritmo, retrasando, adelantando… Un bolero cuadrado no dice nada. A mediados de los 70 fui a Cuba, al Festival de Varadero, con Serrat, Aute y Ana Belén, y luego muchas más veces, hasta dos o tres al año. Pero, claro, no pagaban un duro, y al final les dije: "Señores, yo vivo en un país capitalista en el que hay que pagar las letras".

Manzanero compuso para usted 'Llévatela'. Bueno, me dijo que la había compuesto para mí expresamente, pero entre comillas…

¿No lo creyó? A ver, él la había cantado e incluso grabado antes. Pero ya está bien. Para mí fue un honor que me la cediera diciéndome que era expresamente para mí, aunque no fuera del todo cierto. Le admiraba mucho. Y 'Llévatela' fue un éxito en una época, finales de los 60, en que los boleros no estaban en su mejor momento. Aunque había la revolución de los Beatles, no había cafetería donde no tuvieran el disco de 'Llévatela' en aquellas máquinas de discos que iban con monedas.

Serrat sí que le dio una canción inédita, 'Massa per mi'. Sí, ahí sí, y puedo decir que soy el único artista que le ha conseguido una canción inédita. La hizo para él y me la dio. Una canción muy bonita. Y tuve la suerte de que en mi primer disco en catalán, 'Paraules d’amor', me dio su asesoramiento desinteresado. Porque yo hablo el catalán de la calle…

Grabó una canción con Alejandro Sanz, 'Me vestí de silencio'. Esta iba a salir en un disco mío, él se prestó a la colaboración pero luego parece que su discográfica no le permitió publicarla. Algo que siempre me ha hecho dudar: en aquel momento, después de 'Corazón partío', él era Dios y en la discográfica hacían lo que él decía. Se la guardó y al cabo de un par de años la publicó en el disco 'Rarezas' (del triple 'Grandes éxitos 91-04'). Alejandro es genial como músico y compositor, aunque yo de quien realmente era amigo era de su padre, que formaba parte de un grupo llamado Los Tres de la Bahía y con quien había coincidido tocando por toda España.

Y llegamos a su nuevo disco, 'Mis queridos boleros'. ¿El último? Sí, porque será muy difícil hacer otro con una sola cuerda vocal. Yo puedo hacer una pequeña colaboración o cantar una canción o dos, y en el estudio se pueden hacer maravillas, pero, a ver, no puedo hacer conciertos.

Pues en la Mercè le vimos bien cuando salió a cantar en el espectáculo 'Rumberos, pugin a l’escenari', en la playa del Bogatell. Salió bien porque era una cosa cortita, pero yo ya no me veo cantando. Y por otra parte, las televisiones quieren que vayas, y a mí eso siempre me ha gustado hacerlo en directo, porque nunca canto igual y en 'playback' soy el peor del mundo.

Eso de la cuerda vocal no se llegó a contar bien. ¿Qué ocurrió? Tres días después de actuar en el Palau me ingresaron por una caída de defensas: me salió un herpes zoster en la oreja, tuve una neumonía aguda y una infección por hongos en la boca y la tráquea. Y no se sabe cómo, el nervio de la cuerda vocal izquierda quedó atrofiado e irrecuperable.

No fue un caso de negligencia médica. Sinceramente, no. Había tres posibles causas, y nadie me aconsejó ir en esa línea. Cuando me dijeron que no podría cantar nunca más se me cayó el mundo encima. Fue un golpe muy fuerte. Tuve que aceptarlo. Lo superé porque la vida sigue y he podido hacer algunas producciones de gente joven, sin desligarme de la música, pero poco más.

Este disco lo grabó antes, en octubre del 2010. Sí, quise hacer un disco totalmente acústico, muy jazzístico, aprovechando a una serie de músicos cubanos a quienes yo conocía de allí y que pasaban a veces por Barcelona en sus giras por Europa. Reunirlos y grabar todos a la vez, sin arreglos. Así se hizo el disco, con músicos como Changuito o José Luis Cortés, El Tosco. La mayoría de las canciones llevaba años interpretándolas en los conciertos pero nunca las había grabado, como 'Obsesión', 'Lágrimas negras', 'Tú mi delirio'… También '¿Y cómo es él?', de Perales. Creo que le gustará.

"Aunque haya sido un currante de la canción, me han quedado 637 euros al mes de pensión. Eso es muy duro"

Reafirma así su amor al bolero para cerrar su carrera. ¿Un género por encima de las modas? No nos engañemos: la gente joven no lo escucha. Pero después de Luis Miguel al menos saben lo que es. El suyo era un bolero distinto, más pop, pero gracias a él mucha gente joven se interesó por el género, que se puede tocar de muchas maneras, en rumba, jazz, música brasileña…

Sus amigos de la profesión, empezando por Serrat, le están preparando un homenaje en el Auditori del Fòrum. Sí, yo siempre he dicho que soy uno de los cantantes preferidos de los cantantes. Pero aunque haya sido un currante de la canción, me han quedado 637 euros al mes de pensión. Eso es muy duro. El reconocimiento de los artistas ya lo tengo, pero esto será un homenaje solidario; se hace sencillamente para recoger dinero.

Y para despedirse del público. Claro, para decirles: hasta aquí hemos llegado. Eso no quiere decir que si alguien me pide una colaboración la pueda hacer encantado de la vida. Nunca me desligaré de la música.