CRÍTICA DE CINE

'Wonder wheel': amargura en Coney Island

La última película de Woody Allen es un retrato coral, con una especial incidencia en un tipo de mujer insatisfecha

Quim Casas

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'Wonder wheel' recoge algunos aspectos de 'Blue Jasmine', pero ambientados en 1950 en el parque de atracciones de Coney Island. La cámara escruta con luz cenital lo que ocurre en los interiores del parque, en las casas donde viven personajes atrapados o desarraigados. El de Kate Winslet representa la agria visión que Woody Allen tiene de un determinado perfil femenino. La influencia de sus experiencias recientes le han hecho olvidar a las mujeres fantasiosas de filmes como 'Alice'. Aunque con un registro que va de la comedia al drama teatral, el filme explora la insatisfacción. Allen ya no es un cineasta divertido, o no lo es siempre. Es también un cronista amargo de la infelicidad.