CRÍTICA

Aforismos paganos

Xavier Rubert de Ventós muestra una cierta coquetería intelectual en 'Si no corro, caic', pero tiene todo el derecho a ello

Xavier Rubert de Ventós

Xavier Rubert de Ventós / periodico

Vicenç Pagès Jordà

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No sé si la filosofía es un género literario o si la literatura es una contribución a la filosofía. Estoy convencido, en cambio, de que las dos disciplinas confluyen en el aforismo: en las sentencias breves, prodigios de observación y de síntesis, es donde Kafka resulta más filosófico y Cioran más literario. No es extraño, pues, que Xavier Rubert de Ventós haya elegido por tercera vez este vehículo para hacernos llegar una selección de los pensamientos que ha ido apuntando durante las últimas décadas en centenares de libretas.

Rubert de Ventós cita, comenta, se interroga, pero también afirma, enmienda y matiza. ‘Si no corro, caic’ incluye observaciones e introspecciones, reflexiones y ocurrencias, frases humorísticas y sentencias graves. La variedad no es solo de temas, sino de tonos: “He de canviar d’estil perquè ja no tinc esma per pensar com abans-d’ahir”. Las anotaciones, raramente datadas , van de los años setenta hasta nuestros días. Somos afortunados cuando leemos lo que aún no sabíamos que pensábamos, y también lo que estábamos a punto de adivinar: “És dolent no entendre mai res, però és pitjor entendre-ho tot malament.”

Rubert de Ventós cita a Valéry y Kant, pero también a Plutarco y Cicerón. Con el paso de los años, el punto de vista se aproxima al del pagano: venera la naturaleza, se interesa por el cuerpo, se muestra indulgente ante los deseos, aspira a la serenidad, se deja llevar por la contemplación. Cansado de sí mismo, rechaza la coherencia y opta por la multiplicidad. “He viscut prou anys per haver arribat a la meva edat romana”.

Los mejores textos son los de sus hijos, cuando el brillo de la inocencia se contrasta con la madurez reflexiva del padre. Los peores son los poemas, en que la precisión semántica queda sustituida por el capricho de la rima. Es comprensible que una parte del libro esté dedicada a la lengua, y más concretamente a las relaciones no siempre fluidas que mantiene con el intelecto y con la –digamos- realidad.

‘Si no corro, caic’ es claramente recomendable. El autor muestra una cierta coquetería intelectual, pero tenemos que añadir que tiene todo el derecho a ello. En estos tiempos en que cualquier estudiante acabado de graduar se vindica a sí mismo com ‘filósofo’, Rubert de Ventós -autor de una obra extensa sobre filosofía y estética- prefiere ser tratado como ‘filosofante’, al estilo de ‘comerciante’ o ‘viajante’. “Així –dice-, la paraula al·ludeix al que fas i no al que ets”.