ETERNA REINVENCIÓN DE UN DIBUJANTE Y UN MÚSICO

Paco Roca y Seguridad Social se desnudan en un cómic-disco

El Premio Nacional de Cómic y el músico José Manuel Casañ forman tándem en el disco-libro autobiográfico 'La encrucijada', una insólita fusión de medios y estilos

Detalle de la portada de 'La encrucijada', de Paco Roca y José Manuel Casañ.

Detalle de la portada de 'La encrucijada', de Paco Roca y José Manuel Casañ. / periodico

Anna Abella

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"Aquí los dos estamos en pelota picada", asume entre risas el músico José Manuel Casañ, líder de Seguridad Social, refiriéndose a su amigo el dibujante Paco Roca. El "aquí" es 'La encrucijada' (Astiberri), un insólito y sorprendente mestizaje en forma de cómic-disco, donde el cantante ha orquestado 11 canciones inéditas de distintos géneros y el autor de ‘Los surcos del azar’ se ha vuelto a reinventar: ha armado una suerte de 'working progress' en viñetas de los cuatro años de gestación y evolución del libro, alimentado con las muchas horas de charlas sobre el arte de crear en los respectivos oficios; y en él ha intercalado 11 minihistorietas de distintos estilos de dibujo que ligan con cada tema musical. Ambos hablan sobre ello por teléfono desde Valencia, donde nacieron, viven y trabajan.

La autobiografía no es nueva para Roca (1969). "En ‘La casa’ (donde afrontaba la muerte del padre) lo disfracé con ficción. En 'Memorias de un hombre en pijama' (inicio de trilogía que acaba de cerrar con 'Confesiones de un hombre en pijama') era yo, mi álter ego, pero con el humor y el pijama me distanciaba. 'La encrucijada' es lo más 'yo' que he hecho aunque hable de lo profesional. Este libro solo funcionaba desde esa sinceridad", cuenta el autor de 'Arrugas' (Premio Nacional de Cómic). "Con el pijama él era un actor y aquí se lo quita -apunta Casañ (1963)-. A mí me deja 'desnudico' pero él se ha desnudado más. Ya no somos unos niños y desde la madurez podemos hablar de la industria con sinceridad".  

Primer cómic erótico

Y de sus conversaciones compartiendo comidas y copas surgen destellos personales y profesionales: como que lo primero que publicó Roca fue una historieta erótica en la revista de cómic porno 'Kiss Comix', o que Casañ ayudaba a su padre en la panadería cuando oyó por vez primera una canción suya en la radio; cómo se forjaron un nombre y lograron ganarse la vida con lo que les gusta; explicaciones sobre los derechos de autor y cómo vivir, o no, de los 'royalties', los contratos abusivos y los entresijos de las industrias del cómic y la música; reflexiones sobre cómo se hace un cómic o cómo se compone una canción...

Pero también surge, cuenta el autor de éxitos de los 90 como 'Chiquilla' y 'Quiero tener tu presencia', "la banda sonora de nuestra generación, la historia de la música que nos ha influido, estilos que vienen de una mezcla": country, rock, son cubano, el reggae, heavy... Y de ellos, Roca, huyendo de la simple adaptación (como pensaron hacer al principio) buscó una equivalencia en la historieta en tema, época y estilo, como el grabado victoriano en un relato esclavista para la percusión africana, o el 'cartoon' para un blues que recuerda la leyenda atribuida a uno de sus reyes, Robert Johnson, que vendió su alma al diablo en un cruce de caminos del Misisipí (guiño a la encrucijada del título). "Busqué los inicios del cómic en Winsor McCay; en la rumba catalana, que es nuestra música pop, a nuestro cómic más popular, el de Bruguera y en concreto al Escobar de Zipi y Zape, y dibujé el encuentro de Peret con el Pescaílla y Lola Flores", apunta quien en ‘El invierno del dibujante’, rescataba la nostalgia de los dibujantes de aquella época dorada del tebeo.

Así, a la historia y evolución de la música popular se suma la del cómic. "Es un homenaje a las encrucijadas creativas donde los autores se salen de un camino seguro, a los que dudan y buscan alternativas y se atreven a cambiar de rumbo. La fusión, la mezcla enriquece", señala el músico, que se arriesgó en su día mezclando el punk original de Seguridad Social con la rumba y luego con ritmos mediterráneos. Porque para ambos, cosa que dejan clara en el libro, "crear es dudar continuamente" y hay que "reinventarse y no repetirse".

"Parece que todo surge de forma natural, que te llega la inspiración y ya está. Pero no. Quise que se vieran las inseguridades. Que si no sale no es falta de inspiración sino pereza o haber perdido la pasión por lo que haces. Hay que salir del camino fácil que ya conoces y aprender de otras disciplinas. Es triste, limitador y autocomplaciente no sacar la cabeza de tu medio. Debes oír la voz que te lleva por caminos distintos. Todo autor honesto con su obra quiere aprender del mundo y comprenderse a sí mismo. Cambiar de rumbo es crecer como autor", opina el dibujante, que en el libro recuerda cómo "el cómic se hizo más adulto en los 80" con 'Maus', que con "dibujo infantil de animalitos" narraba el Holocausto 'Watchmen' y el Batman de 'El regreso del caballero oscuro', que mezclaban superhéroes con temas adultos. 

Le secunda en todo Casañ. "Tienes la necesidad de no aburrirte, de no aburrir. El objetivo no es el éxito ni el dinero sino hacer algo de lo que te sientes satisfecho y con lo que has disfrutado". 

En esa voluntad de encrucijada, al cómic y al disco suman un documental de Miguel Perelló, 'Crossroad', que ilustra el proceso de creación con visiones de artistas como Mariscal, Calpurnio o Francis Montesinos. Y para 2018 ya preparan una gira por pequeños teatros con música, dibujo, charla e interacción del público.

 Son amigos desde hace años. Roca crea en "la soledad" de su estudio; Casañ trabaja con su banda. De lo que dicen el uno del otro ves que el primero es "más reflexivo" y el segundo más "más impulsivo, vital, una abalancha de energía". Y agradece el músico al dibujante que le haya enseñado "a tener más paciencia y esa duda cartesiana que convierte en sabiduría".