ENTREVISTA

Little Steven: "Quiero liberar a la gente de la tensión política"

El guitarrista de la E Street Band presenta en Razzmatazz su primer disco en solitario en 18 años, 'Soulfire', arropado por su grupo, The Disciples of Soul

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zentauroepp39233508 barcelona 08 07 2017 festival cruilla concierto de little 171206181205 / FERRAN SENDRA

Jordi Bianciotto

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Hacía 18 años que Steve Van Zandt, Little Steven, guitarrista de la E Street Band de Bruce Springsteen, no publicaba un disco bajo su nombre, y ‘Soulfire’, lanzado la pasada primavera, lo muestra cara a cara con sus esencias a través de material nuevo y, sobre todo, versiones de canciones suyas interpretadas en otros tiempos por otras voces. Tras pasar este verano por el Cruïlla BCN, Little Steven actúa este jueves en Razzmatazz (21.00 horas), arropado por la nueva versión de su banda, The Disciples of Soul.

¿Qué le hizo decidirse a volver a grabar por su cuenta? No estaba planeado, pero en el verano del 2016 un promotor en Londres me hizo una propuesta. Yo iba a participar en la fiesta de 80º cumpleaños de Bill Wyman y me dijo: “esa misma semana monto un festival de blues en Londres, ¿por qué no juntas tu banda de nuevo y vienes a tocar?”. Y, bueno, fue una bonita sorpresa reencontrarme con mi antigua música. Creo que ese material tiene un valor en el mundo moderno, porque no hay nadie que suene así. Grabé el disco muy rápido, seis semanas, porque tenía una gira por Australia con Bruce, y por eso decidí centrarlo en versiones, de mí mismo y de otra gente. Me lo tomé como una oportunidad para presentarme de nuevo ante el público como artista y para ir a mis raíces, al soul, el doo-wop, el blues… Esta es la historia, amigo.

Hay una atmósfera de excitación en esas canciones. Creo que es porque comenzamos a tocarlo primero en directo, al revés de lo habitual. Captar el sonido de la banda en directo ha sido siempre mi objetivo como productor, ya en el mismo álbum ‘The river’, por ejemplo. Me gusta sonar así, porque así era la música que escuchaba por la radio y con la que crecí.

¿Diría que este disco es el reflejo de una identidad sonora de New Jersey? Sí, de ese sonido que creamos con Southside Johnny and The Asbury Jukes, allí donde el rock se encuentra con el soul, con metales por un lado y también guitarras. Entonces era una combinación nueva y creo que sigue siendo bastante original. La gente que viene a los conciertos ve ahí mis influencias pero también la historia del rock’n’roll en América.

En el disco hay canciones que grabó con Southside Johnny o Gary U. S. Bonds. ¿Es también un homenaje a esos héroes personales? Sí, sí, claro, es un homenaje a ellos, con mucha gratitud, especialmente hacia Southside Johnny, que ha mantenido mi música viva durante muchos años.

Aquellos primeros álbumes de Southside Johnny, que usted produjo, son claves en esta historia, quizá en particular el primero, ‘I don’t want to go home’, de 1976, con colaboradores como Ronnie Spector, Lee Dorsey, Clarence Clemons... Un disco muy importante, mi debut como productor. De nuevo, ahí se trataba de capturar nuestras raíces e influencias, y lo hicimos sacando a Ronnie Spector del retiro, y a Lee Dorsey, y ese espíritu lo mantuvimos en el siguiente trabajo [‘This time it’s for real’, 1977], en el que reformamos a The Coasters, y a The Drifters, y a The Satins… Siempre teníamos muy presente rendir homenajes a esos héroes y decirle a la gente que seguían en forma.

Antes decía que ‘Soulfire’ le permitía presentarse de nuevo ante el público. ¿Teme que se hayan olvidado sus discos de los años 80 y 90? Bueno, hay toda una generación nueva ahí; después de 20 años o más no puedes esperar que la gente se acuerde de ti, así que he asumido esto como un primer disco y una primera gira. Con una gran banda y un gran sonido: es como hacer un concierto de estadio en un club.

"Bruce y yo podemos tocar cada uno el estilo del otro, pero la E Street Band es un grupo de rock y lo mío es más bien soul"

¿Diría que Bruce Springsteen ejerció una influencia en aquellos primeros discos en solitario, o quizá el efecto fue mutuo? Ambos crecimos en la misma zona en la misma época y teníamos las mismas influencias. Es difícil de explicar, porque Bruce y yo podemos tocar cada uno el estilo del otro, pero básicamente la E Street Band es un grupo de rock y lo mío es más bien soul. Sí que hubo una gira de la E Street Band con metales (‘Tunnel of love express tour’, 1988), pero la banda consiste en siete tipos, mientras que la mía es más grande, hasta 16, con metales, coristas… Aunque las raíces son las mismas: el mismo góspel, el mismo soul…

¿Cómo ve ahora sus primeros trabajos, ‘Men without women’ (1982) y ‘Voice of America’ (1984), que grabó en los últimos años de su primera etapa con la E Street Band? Volví a escucharlos de cara a esta gira y me gustan. Cada uno es diferente, lo cual no fue muy inteligente en su día si se trataba de construir una carrera. Pero en aquellos tiempos yo estaba completamente obsesionado con la política y lo primero que me salía eran las letras, mientras que la música era como una banda sonora. Pero estoy orgulloso de esos discos. Diría que ahora el sonido del grupo tiende a recuperar el del primero.

¿Y ya dejó de estar obsesionado con la política? Bueno [ríe], en los 80 sentía que necesitaba denunciar muchas cosas que estaban pasando entre bambalinas, ya fuera sobre mi país o sobre cuestiones como Suráfrica. Pero ahora es muy obvio lo que está ocurriendo. Yo ya no tengo que contarle a nadie quién es Donald Trump, ¡él se explica por sí mismo! Así que ahora tanto mi disco como mis conciertos van de música, simplemente. Lo que quiero es liberar a la gente de la tensión política. La gente está machacada por la política, 24 horas al día y siete días a la semana. En Estados Unidos todo es política, política, política. Mi propósito en esta gira es liberarnos de eso: somos unos tipos tocando dos horas, quizá dos y media, y disfrutando de un amplio espectro de música.

"Hoy es muy obvio lo que está ocurriendo. Yo ya no tengo que explicarle a nadie quién es Trump. ¡Él se explica por sí mismo!"

En sus conciertos interpreta ‘I am a patriot’, una canción suya que Jackson Browne adaptó y en la que defiende la idea de comunidad más allá de ser de izquierdas o de derechas. Sí, refleja el mensaje del concierto, que no va de partidos ni de política: va de resaltar las cosas que nos unen, de curar, de unir a la gente y darle energía para fortalecer sus vidas en una época en que el mundo está loco, cada día un poco más. Reforzando la noción de un espacio compartido, de la solidaridad…

En las últimas semanas ha incluido en sus repertorios una canción de Tom Petty, ‘Even the losers’. Estoy abriendo los conciertos con ella como una forma de mantener viva su memoria. He sentido muy de cerca su pérdida, éramos amigos, me pilló totalmente por sorpresa. Creo que fue un artista que no consiguió toda la atención que merecía. Esta canción es mi favorita. Eso es todo.

Bruce y la E Street Band siguen siendo un fenómeno popular, una atracción de estadios. ¿Ve al grupo siguiendo en esa dirección en el futuro? El artista no elige los lugares en los que actúa, sino que eso viene determinado por el mercado. Vamos siempre adonde sea necesario. Ahora yo estoy tocando en clubs y teatros pequeños. Si algún día esto crece iremos a locales más grandes. Pero será el mismo ‘show’, el mejor que podamos hacer.

Tenemos a Bruce en Broadway hasta junio del 2018, ¿hay planes de volver a trabajar con él? No lo sé, todo esto ahora mismo está en el aire. Veremos cuánto tiempo quiere seguir con estos recitales en solitario. Yo espero que a partir del año que viene, cada verano, se pueda ver en directo o bien a Little Steven & The Disciples of Soul o a Bruce Springsteen & The E Street Band, uno u otro. También espero hacer otra serie de televisión después del final de ‘Lilyhammer’.

Tras el concierto del pasado julio en el festival Cruïlla BCN, ¿qué espera a sus seguidores en Razzmatazz? Los festivales son divertidos pero las salas te permiten comunicarte con un público que está al 100% por ti. Será un concierto más personal, con otro tipo de comunicación.