CRÍTICA DE CINE

'Dos padres por desigual': ni paternalismo ni gracia

Esta secuela tan solo ofrece ruido, caos, mucho 'slapstick' cruel e interpretaciones histriónicas

Nando Salvà

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Ni por asomo era una buena comedia pero al menos, entre sus chistes chuscos, 'Padres por desigual' escondía cierta reflexión sobre la masculinidad moderna. En cambio, todo cuanto su secuela tiene de reflexivo es sugerir que los hombres que abrazan la paternidad (y, en general, los hombres compasivos) son unas nenazas. Eso daría igual si la película tuviera gracia, pero no. Tan solo ofrece ruido y caos y mucho 'slapstick' cruel, interpretaciones histriónicas, chistes de incesto y de niños que se emborrachan o juegan con pistolas, y desafortunados gags en los que Mel Gibson se toma a guasa su propia depauperada imagen.