Marko Daniel pilotará la Miró hacia su cincuentenario

"Conseguir un momento perfecto para el 50º aniversario". Con este objetivo asume la dirección de la Fundación Miró Marko Daniel. El nuevo responsable del centro de Montjuïc no ocupará el cargo hasta el 2 de enero pero ya tiene clara su singladura para los próximos 10 años, un camino que tiene tres puntos fundamentales relacionados con la obra y filosofía de Joan Miró: el propio artista, las exposiciones y el arte joven; y un cuarto aspecto igual de esencial que es el público. Con este programa ganó por unanimidad el concurso internacional que se convocó para llenar la plaza que el próximo 31 de diciembre dejará Rosa Maria Malet tras 37 años en el puesto.

El cómo afrontar el trayecto que va del 40 aniversario, celebrado en el 2015, hasta el medio siglo en un panorama tan cambiante como el actual, sobre todo a nivel de tipo de visitantes, fue un aspecto fundamental para inclinarse por Daniel. El nuevo director es consciente de su importancia y en ello piensa trabajar: "Se trata de conseguir que el público se sienta bien acogido, de ofrecerle afecto y estimulación intelectual, tanto a los visitantes afines al arte contemporáneo y moderno, como a los nuevos. Y que sientan que la fundación les pertenece de alguna forma". Para ello tiene una cosa muy clara: "el concepto de exposiciones vivas". O lo que es lo mismo, el trabajo no se acaba cuando una muestra se inaugura, todo lo contrario.

"Pienso que un museo debe dar dos cosas; alimentación intelectual y enriquecimiento emocional y espiritual"

La idea es pensar en una programación integrada y coherente que aúne bajo el mismo paraguas desde las exposiciones temporales hasta las actividades infantiles. "La visita a la fundación debe convertirse en un acto de inspiración y en una experiencia positiva", apunta Daniel para añadir: "La repetición se tiene que hacer por convención, no por obligación o compromiso intelectual. Venir a la Miró debe figurar en el imaginario público. Quiero que la gente piense 'tengo que ir porque ahí pasan cosas importantes, cosas que hacen pensar y ayudan a ver la realidad de una nueva manera'".

Para llegar a este punto, ahondar en el estudio y la recepción de la obra de Miró es primordial: "Se puede internacionalizar y profundizar", al tiempo que es importante "pensar cómo el conocimiento de su trabajo pueden inspirar a nuevas generaciones de visitantes". La idea es "revitalizar la recepción e imagen de Miró. Un artista importantísimo que quizá se aprecia más en el extranjero que aquí", afirma. ¿Quedan cosas del autor de las 'Constelaciones' por descubrir? "Cada uno tiene su perspectiva particular y parcial de Miró. No hay un solo Miró que conozca todo el mundo, sino muchos 'mirós'. Hay que crear oportunidades para cada visitante, descubrir aspectos nuevos".

Primera visita en 1993

Las exposiciones temporales también ayudarán a ello, pues contarán con el espíritu del artista "que partía de una sensibilidad hiperlocal para acabar abierto al ámbito global del arte y la cultura". Y no se olvidará la colección: "Rica, no solo la que se ve en las salas, sino también la de las reservas y el archivo. Una combinación muy singular". Explicadas las líneas generales de su proyecto, Daniel confiesa que para él la fundación es un "referente en cuanto a modelo de institución" y que su primera relación con el centro se remonta a 1993 cuando visitó la exposición dedicada al centenario del nacimiento del pintor: "Vi una gran exposición que era al mismo tiempo una experiencia impresionante y una lectura intelectual. Algo fundamental para un museo que pienso debe dar dos cosas: alimentación intelectual y enriquecimiento emocional y espiritual. Es muy importante que preparemos una programación que pueda dar estas dos cosas a los visitantes", concluye.