CRÓNICA MUSICAL

Doble y feliz aniversario de Ros Marbà

Antoni Ros Marba durante el concierto en el Auditori este viernes

Antoni Ros Marba durante el concierto en el Auditori este viernes / periodico

César López Rosell

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Mucho que celebrar. Antoni Ros Marbà, uno de nuestros directores de referenciaAntoni Ros Marbà, se ha puesto este fin de semana al frente de la OBC para festejar su 80 cumpleaños y los 50 de su toma de posesión como titular de la sinfónica barcelonesa, a la que dirigió ininterrumpidamente durante 15 años. La emoción,  pero sobre todo la exquisita profesionalidad, han marcado estas tres jornadas dominadas por un programa de acento catalán, exceptuando dos partituras de Maurice Ravel. Uno de los atractivos de la propuesta fue el estreno de una obra compuesta por el director de L'Hospitalet de Llobregat para rendir  homenaje a Eduard Toldrà (su antecesor en la dirección de la orquesta), Frederic Mompou y  Xavier Montsaltvatge, músicos desaparecidos con los que estableció lazos de afecto y a los que ha interpretado repetidamente .

Lluís Benejam i Agell, violinista y autor barcelonés que se estableció en el EEUU y murió en 1968, fue el otro invitado 'nostrat' con su 'Iberian preludes', concierto para orquesta y dos pianos interpretado con  la colaboración de Josep Colom y Albert Guinovart. Mucho y bueno de la tierra y con resultados más que notables en la ejecución de todas las piezas pero especialmente con 'Le Tombeau de Couperin', una composición en seis partes dedicada cada una de ellas por Ravel a amigos muertos en la Primera Guerra Mundial, pero en la que lo que prevalece no es lo funerario sino el tributo del autor del  'Bolero' a la tradición musical barroca, expuesto en forma de danzas antiguas.

Gesto elegante

El gesto elegante y preciso de Ros Marbà dinamizó a la OBC, sobre todo en la recreación de la fastuosa 'Suite número 2' del ballet 'Daphnis y Chloé', integrada por tres fragmentos del último cuadro. La formación sonó compacta en su recorrido por las exuberantes armonías típicas del impresionismo musical de la obra hasta llegar pletórica a la bacanal rítmica conclusiva de la 'Danza general'.

Colom y Guinovart,  pianistas de estilo diferente, se complementaron muy bien en el concierto de Benejam, escrito en principio para solo dos pianos y completado después con una versión orquestal, que se ha estrenado también estos días en Barcelona. Enérgica, festiva y llena de giros melódicos conquistó al público y propició un bis de los solistas con la 'Rapsodia española', de Ravel. De la obra de homenaje a los músicos catalanes, destacó la coherencia de esta composición ligada a las raíces de los autores, pero con la estética compositiva de Ros Marbà. Los rasgos de Toldrà, la atmósfera que va de la quietud al silencio de Mompou y el lenguaje y el color de Montsalvatge, aparecen en un concierto que será recordado tanto por su valor sentimental como por el musical. ¡Felicidades maestro!

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