CRÍTICA DE CINE
'Una razón para vivir': cuestión de intenciones
El debut como director del actor Andy Serkis ofrece mucho sentimentalismo y paisajes soleados, y muy poco más
El debut como director del actor Andy Serkis ofrece muchas buenas intenciones, mucho sentimentalismo y paisajes soleados, y muy poco más. Mientras recrea la vida de un hombre que quedó paralítico a causa de la polio y cuya lucha cambió el modo que la industria médica tenía de tratar a los discapacitados, se muestra tan preocupado por convertir a su protagonista y a su mujer en símbolos de pundonor que se olvida de reflejar el dolor y los sacrificios que hubieron de afrontar y de dotarlos de vida real. Como resultado, sus previsibles intentos de hacernos llorar se perciben como una obvia manipulación.
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